A nuestros políticos se les llena la boca de satisfacción cuando hablan de que vivimos en una democracia plena cuando, la realidad nos aleja de esa idea que debería ser un hecho consumado en todos los rincones de España pero, los acontecimientos que venimos sufriendo nos muestran que, lo de la democracia es un cuento falsario porque las actitudes de determinados partido políticos así lo demuestran.

Si de toros hablamos, como sabemos, la fiesta taurina está encuadrada dentro del Ministerio de Cultura que, por encima de todo, nos parece una broma de mal gusto. Para mayor escarnio, según dicen, los toros están protegidos por ley por aquello de ser un espectáculo totalmente legal como pueda ser el teatro o el cine; pero no, son todo puras apariencias porque mientras el teatro y el cine tienen el beneplácito de todo el mundo, de forma muy concreta el cine al que el gobierno destina decenas de millones para que vivan cientos de gandules que dicen ser actores. Eso sí, para los toros no hay un solo céntimo, y menos mal que pertenecemos al Ministerio de Cultura puesto que, si estuviésemos encuadrados, como antaño, en el Ministerio del Interior, a estas horas estábamos todos en la cárcel.

Y digo que es mentira que los toros estén protegidos por ley que, como se adivina, sabemos vivir sin subvenciones pero que, para colmo, que se pongan todas las trabas del mundo para que la fiesta desaparezca, eso es una canallada en toda regla. Del mismo modo, es mentira que vivamos en una democracia cuando en cada esquina te encuentras con un dictador que se pasa por el forro de sus cojones lo que digan las leyes. Si la fiesta de los toros es un espectáculo legal, ¿cómo es posible que no se castigue a los que impiden que se celebre este espectáculo? Pero no pasa nada porque todos esos dictadores que actúan de tal modo atentando contra la fiesta de los toros tienen la bendición del nefasto gobierno y, al respecto del Ministerio de Cultura, con ese personaje al que no quiero nombrar como ministro de la cuestión.

Pobre fiesta taurina, éramos pocos y parió la abuela podríamos decir al respecto. Lo dije muchas veces, todos los canallas no forman parte del socialismo pero si, dentro de ese socialismo mentiroso, cruel, aberrante, demagogo y falsario, ahí anidan muchos de esos canallas que impiden, laceran, mutilan y aniquilan las ilusiones de millones de personas que, del partido que fuere, son aficionados a los toros. Es horrible, nefasto, cruel, mezquino y criminal que, muchos alcaldes sociatas, como ya dije en su día sobre Écija, impidan por sus cojones la celebración de las corridas de toros, que se lo pregunten al bueno de Manolo Carrillo, un empresario que ha bregado lo suyo para que hubiera toros en Villena y, todavía está esperando que le contesten.

Y, vuelvo a insistir, como se trata de los toros, el gobierno sigue sosteniendo a esos alcaldes o personajes nefastos que les permiten ejercer su dictadura particular y nadie se inmuta. Los hechos nos demuestran que, si sé es de izquierdas puedes hacer lo que te pase por la bragueta que nadie te lo censurará. Villena, Écija, Monóvar, Játiva, Oviedo, Ciudad Real, Utiel, La Coruña….un sinfín de plazas que han quedado como solares desmantelados por culpa de unos desaprensivos que, para mayor desdicha, se califican de demócratas. Actúan como auténticos dictadores pero, eso sí, como tienen los parabienes del amo que reina en Madrid, pueden hacer lo que quieran que nadie les dirá nada.

Ante estos hechos tan constatados, nosotros, como aficionados tenemos el derecho a reclamar y, por consiguiente, en formular nuestras críticas ante todo aquello que, sin duda alguna, chorrea sangre a borbotones. Y digo yo, ¿todavía quedarán memos que sigan creyendo que esto es una democracia? La democracia tiene que estar sustentada por el cumplimiento de la ley, por el orden ciudadano que siempre se amparó en la policía y la guardia civil, por un estado de bienestar que no existe y, por encima de todo, expulsar a todo aquel dictador que actué por su cuenta, caso de todos aquellos que prohíben la fiesta de los toros por un capricho personal. Y desde el Ministerio de Cultura, un tal Iceta sigue de bailongo en las fiestas o mítines del partido socialista. Listos sí que son todos, han engañado al pueblo español, a los aficionados a los toros nos han metido un gol por la escuadra y encima les seguimos votando.