Hoy nos cabe la fortuna de contar entre nuestros colaboradores con Alberto Hernández Márquez, un escultor taurino que, como se comprueba en el ensayo que le hemos publicado es un aficionado como Dios manda, digamos que, un hombre libre al respecto que, en realidad es lo que hace falta en los medios periodísticos que, para nuestra fortuna, Alberto Hernández forma parte de nuestro elenco.

Cada vez que recuerdo cómo y de qué manea conocí a este hombre me entra el rubor porque, aquel día, este señor me dio una soberana lección de lo que es la verdad en el periodismo taurino. Defendía yo, en aquella ocasión, lo que yo interpretaba como una injusticia que el público de La México había tenido para con un diestro español y, Alberto Hernández, tras leer mi ensayo no dudó en ponerse en contacto conmigo para aclararme dicha cuestión que, además de su opinión me mandó el video del festejo con el que ya no tuve la menor duda de que yo había cometido un error al calificar a los aficionados aztecas como cicateros con nuestro compatriota.

Aquel día comprendí que estaba ante un ser humano admirable puesto que, todavía conservo el correo en el que, educadamente me hizo saber de mi error, algo que le agradecí por completo. Siempre es una buena hora para aprender y junto a este señor, además de tomar una soberana lección, me encontré con la dicha de que me entregaba su amistad, la que llevo disfrutando desde el día que nos conocimos.

Alberto Hernández es seguidor nuestro desde que aparecimos en la Red; digamos que, como tantas personas, se desayuna con nuestra información y, alguna que otra vez, en tono bajito, le cursé la invitación para que escribiera junto a nosotros pero, él siempre me decía que, lo suyo era la escultura taurina y que lo de las letras lo veía muy serio; y lo es, como muy bien Alberto sentenció pero, no es menos cierto que, nosotros, de nuestra parte intuíamos muchos valores en este hombre, ante ellos, su tremenda honradez profesional en todos los sentidos como me demostró aquella vez que me abrió los ojos. Por tanto, ese artículo que hoy hemos publicado de Alberto en su sección, México Lindo, es la prueba fehaciente de su valía y su talento.

No nos queda otra opción que darle las gracias por consagrar su tiempo y su esfuerzo para nuestra Web la que, como antes dijera, Alberto Hernández es seguidor nuestro, por tanto, amigo de la verdad y enemigo de la mentira, el fraude y todos los males que imperan dentro de la fiesta de los toros.

Bien hallado seas en esta casa, amigo Alberto. Además de tu página preferida, ésta, desde hoy es tu morada, tu refugio para poder mostrarle al mundo todas tus obras escultóricos, al tiempo de que los aficionados se sientan ufanos de que, como dijera el maestro Facundo Cabral, solo existe una raza, la humanidad, por eso todos formamos parte de esa misma familia.

En la imagen que mostramos vemos a Alberto Hernández en tribuna y, al fondo, una exposición de sus obras escultóricas, todo un modelo de creatividad y diseño.