Sin duda alguna, la mascarilla que utiliza a diario nuestro compañero José Luis Barrachina Susarte, al que podemos ver en la foto que publicamos, nos ha dado la pauta para reincidir en que todos sabemos pero que, nuestros gobernantes han olvidado o, si me apura, su grado de torpeza e ineptitud es tan grande, razón por la que cuestionan uno de nuestros artes más representativos, caso de la fiesta de los toros.

Al parecer, en los tiempos que vivimos tendremos que repetir hasta la saciedad, lo que saben hasta los niños de pañales pero que, nuestros dirigentes obvian como si se tratara de la más grande pandemia; vamos que, para estas gentes, los toros apestan mucho más que la propia pandemia que nos ha llevado a la más rotunda hecatombe porque, como el mundo sabe, ellos son la gran PANDEMIA que ha destrozado al pueblo español.

Hemos llegado a un punto de locura en la sociedad en que vivimos que, el dislate está servido por todos los lados y, lo que es peor, que la cosa no tiene remedio. A lo que vamos. Hay un sector de gentes en la sociedad en que vivimos que, vete tú a saber, pero alguien les ha inculcado el odio más exacerbado contra la fiesta de los toros, arguyendo lo del maltrato animal y demás sandeces y, como quiera que han visto que desde la más altas esferas del poder se les ha dado alas, la fuerza que están logrando es tremenda.

Jamás se ha censurado la fiesta; ni siquiera aquel hombre al que llamaban dictador jamás se le ocurrió en lo más mínimo cuestionar un arte ancestral como la fiesta de los toros. Y siguen diciendo muchos imbéciles que aquello era dictadura. Tontos los hay en todas las esquinas y, lo más triste de la cuestión es que cientos de miles de idiotas hablan sin saber, sencillamente porque no vivieron aquella “dictadura criminal” como la definen ahora los salvadores de la patria.

Hasta la llegada de los socialistas al poder de la mano de un retrasado mental llamado Zapatero, nadie cuestionó nuestra bendita fiesta; ni el propio Felipe González puso el más mínimo reparo para que dicha fiesta desapareciera. Pero claro, estábamos hablando de un socialista cabal, un estadista de los pies a la cabeza, un señor con toda la extensión de la palabra que, de su mano pudimos palpar el gran progreso de España, una acción que había empezado hacía muchos años y que, González, con su política de estado logró que continuara el bienestar que el “dictador” había creado.

Pero, como decía, llegó a la política un idiota como el antes citado que, para colmo, tiene cara de retrasado mental, algo que, para nuestra desdicha, aunque no lo fuera así nos lo mostró. Ya, a partir de aquel nefasto momento se empezó a cuestionar la fiesta de los toros, arguyendo que la misma no tiene nada de arte cuando, de toda la vida, los toros han sido ponderados y ensalzados por todos artistas de cualquier época. Sobran las palabras al respecto, amén de toda cita por consabida que sea, sencillamente porque ahí está escrito y no hace falta repetirlo.

Cuando ya el idiota de Zapatero, con su política nefasta y barriobajera arruinó el país, cogió el mando la derecha de España para levantarlo y, lo que es mejor, para que nadie cuestionara la mejor fiesta del mundo porque, sencillamente es un patrimonio cultural que, aunque tengamos que dar la vida nadie nos lo arrebatará.

Como dije, estos apestosos actuales les han dado alas a todos los que no entienden ni razonan nada, es decir, a los que quieren practicar la dictadura del totalitarismo que ellos pregonan. Por dicha razón pusieron como ministro de cultura a ese hombre con cara de bibliotecario, José Manuel Rodríguez Uribe, a sabiendas que no tenía que decidir nada porque es un convidado de piedra al servicio del bolivarismo. Ciertamente, toda la gentuza que nos representa, hablarles de cultura es como si le hablásemos a una piedra que nunca nos responderá. ¿Qué sabrán estas gentuzas lo que es cultura? Si, para ellos existe un tema cultural, la bazofia que se hace con el cine de ahora mismo puesto que, en la actualidad, aquella obra maestra de José Luís Garci, VOLVER A EMPEZAR, seguro que la hubieran vetado.

Cuando escribo estas líneas me viene a la mente el título del último libro de Miguel Ángel Revilla: “Por qué no nos queremos” El libro que todavía no ha aparecido en el mercado pero, imagino que debe ser un canto de esperanza para que la sociedad tomemos nota de todo lo que hacemos pero, esa es la realidad de la vida puesto que, todo lo que ocurre, en este caso contra la fiesta de los toros no es otra cosa que la falta de amor entre las gentes.

Alguien nos ha hecho creer que en el odio está la victoria cuando, como se sabe, por esa vía solo se llega a la destrucción y al fanatismo. Por el contrario, si hubiera amor entre la sociedad que vivimos, todo lo entenderíamos y, por encima de todo sabríamos respetarnos unos a otros, sin lugar a dudas, el mal endémico que nos azota. Mientras no seamos capaces de comprendernos y respetarnos, sin duda alguna, caminamos hacia el abismo.