Entiendo la preocupación del canal One Toro al respecto del pirateo que se hace al respecto de sus retrasmisiones taurinas, así como de tres mil eventos de todo tipo, lo que demuestra que somos un país donde existen más golfos por metro cuadrado que en toda Europa. Aquello de hecha la ley, hecha la trampa, lo llevamos a la práctica con una fluidez desmedida y, lo que es peor, al parecer no existe solución para remediar el problema, sólo, como dicen en One Toro, apelando a la honradez de cada individuo.
Sospecho que, el pirateo, como tal, es el que nos demuestra la clase de país que somos, líbrense todos los honrados que, como se sabe, somos la mayoría pero, esa banda de golfos que pulula por las redes, las televisiones y demás inventos de última hornada, dan la medida, digamos que, dejan que florezcan todos lo indeseables que, por pura racanería son capaces de ejercer el delito impune porque, a ver quien es el valiente que le pone freno al asunto y, lo que es peor, ¿cómo se coge a un malhechor de este calibre que ejerce desde la impunidad y la oscuridad?
Queremos tener de todo en la televisión, algo que hacen las respectivas cadenas previo pago, claro está. Nada que ver con la televisión pública que, además de ser gratis nos deberían de atender a los aficionados a los toros porque para eso pagamos nuestros impuestos. Nada que ver con los canales privados que, como empresas, viven de sus clientes y si somos capaces de pagar el pan cada día, la gasolina, la entrada al fútbol, a los toros, al teatro y a todo espectáculo que se nos ofrezca, ¿cómo es posible que todo eso que se nos ofrece por televisión a un módico precio no queramos pagarlo? Ahí nos sale la golfería, el delincuente que llevamos dentro y, lo que es peor, de tal modo ejercemos. Y luego nos quejamos.
En mi condición de abonado al canal One Toro por aquello de mi afición a los toros, fui de los primeros que se apuntaron a dicha cadena porque, para mi fortuna, como la de tantos miles, era la única forma de ver muchas corridas de toros que, de otro modo sería imposible por miles de razones. Digámosle al mundo que, ver una corrida de toros por televisión es más barata que tomar un café; digamos, en honor a la verdad, que One Toro ha puesto unos precios incluso más baratos que los que tenia Movistar y, para colmo, se les piratea. Lógicamente, la cadena está luchando para encontrar la fórmula para evitar que esa forma de delincuencia se siga llevando a cabo, pero, sospecho que siempre será una quimera inalcanzable porque, pese a todas las medidas de seguridad que One Toro tendrá para que no se puedan piratear sus retransmisiones, barrunto que se han quedado cortos y, como dije, apelan al sentido común, a la honradez de cada cual que, como se demuestra, para miles de golfos no existe.
Yo soy el que criticó con saña los cientos de errores que dicho canal cometió el pasado año en los primeros meses de vida del ente televisivo, pero, a su vez, soy el mayor defensor de la cadena como lo sería cualquier español que se sienta honrado en todas sus acciones y, al respecto del la cadena, todo el mundo debe de pagar por disfrutar un espectáculo sensacional que, de otro modo nunca veríamos. Si me pregunto qué, con la de adelantos técnicos que hoy tenemos, ¿cómo es posible que no hayan dado con la solución para que el pirateo no pueda llevarse a cabo? Por lo que deduzco, hay más listos que los propios ingenieros que diseñan estas cuestiones; incluso les superan porque, insisto, aquello de pirateo, a un servidor le parece algo imposible, pero, como los hechos demuestran, dicha práctica se lleva a cabo con toda la “naturalidad” del mundo y, lo que es peor, muchos se apuntan ante aquello que el amigo les ha proporcionado para que vean por la cara aquello que los honrados pagamos. Si la metáfora no vale nos preguntamos, ¿qué nació primero la puta o el putero? Y la misma nos viene como anillo al dedo. Que analice el que sepa.
Claro que, si de pirateo hablamos, algo de lo que somos auténticos especialistas, no me cabe la menor duda que, esos golfos son los mismos que blanquearon a un tal Pedro Sánchez como presidente de España, un tipo apestoso, ruin, cobarde, truhan, mentiroso, fraudulento que, como el mundo sabe, se pasa las leyes por el forro de sus cojones. Con un tipo así en la presidencia de España, para colmo, en nuestra estupidez, todavía criticamos a los piratas informáticos que, siendo indeseables, son hermanitas de la caridad comparados con el citado personaje que, de la maldad ha hecho un modo de vida.
En las imágenes, el anagrama de One Toro y la foto del niño que protagoniza el anuncio de dicho canal, una genialidad en toda regla.