De un tiempo a la fecha, la torpeza del gobierno mexicano ha querido inventar una falsa enemistad entre México y España, ignorando 500 años de convivencia hispano-mexicana, este absurdo presidente pretende borrar la Historia recurriendo a mentiras y falsedades que caen en el ridículo.

Con tonterías como exigir disculpas de hechos acontecidos hace cinco siglos en circunstancias y momentos históricos muy diferentes a los actuales, se pretende crear un ambiente de crispación entre dos naciones hermanas que comparten historia, tradiciones, religión y lenguaje.

Es cierto que a cada uno de estos rubros el mexicano ha sabido imprimirle un sello propio, pero también es cierto que cada uno de ellos lo hemos heredado del pueblo español. Y uno de los aspectos más interesantes y distintivos de ambos pueblos es, indudablemente, la Tauromaquia; este ejercicio espiritual y artístico que los españoles trajeron a las Américas y que en gran parte del continente prendió como una violenta llamarada que nos ha deslumbrado a quienes tenemos la dicha de entenderla y disfrutarla.

La Fiesta Brava es un manantial de Arte, de sentimiento, de pasión y de emoción que compartimos orgullosamente con el pueblo español. Ni las torpezas, ni los delirios, ni los arrebatos políticos podrán distanciar a dos pueblos tan cercanos y tan amigables que han caminado unidos durante tanto tiempo.

¡Viva España! ¡Viva México! ¡Viva la Tauromaquia!

Alberto Hernández, escultor mexicano.

Esta escultura del pase natural obra y gracia de nuestro compañero, como tauromaquia, es el nexo de unión que nos une a España con México.