Ayer vivimos la noche entre tu música que maullaba acariciando tus canciones por ahí, todo parecía distinto en la madrugada de ayer en Madrid, no estuvimos entre sueños y hadas, estuvimos en tu mágico concierto viviendo «nuestra realidad» esa que nos hizo crecer y aunque el tiempo va pasando quiero que sigas «escribiendo tu nombre» en las letras de las canciones que compones, que nadie mate tu ilusión ni cierren locales de música porque si no te volverían como un «loco» que mira todo el día al cielo buscando aviones plateados porque la música es tu estructura y tu guión.
Ayer no apareció «La hora de los cretinos», solo cuando tú te acordaste de cantarlos, en las noches de Madrid siempre llevo «Amuletos» parecidos o imaginarios a los de tu letra.
Un halo de luz, fuerza y magia se desprendía desde el escenario a la sala, erais tú y tu banda que nos estabais envolviendo en la música y en las letras de tus canciones.
Interpretaste mágicamente «Roto» y con «Fin» nos hiciste sentirnos perdidos por las calles de «México», yo en concreto volé con mi imaginación a los viveros de Coyoacán busqué a mis compañeros del año 2002 y cuando desperté a la realidad es que bien dices tú que a veces mata me volví a encontrar en la sala Tempo y allí seguía tocando Mario San Román sus bellas canciones.
Al término de tu concierto salimos a la calle, miré al cielo y una preciosa luna parecía mirarme celosa de no haber podido estar en la sala.
De vuelta a casa no paré de pensar en lo que allí se había vivido, respirado y sentido, fue una noche mágica, un concierto talentoso con una banda de maestros de la música.
Gracias a todos los músicos de anoche por lo que ayer nos hicisteis disfrutar y sentir y gracias muy especiales a ti Mario por la invitación.
Nunca me cansaré de decir que Mario San Román es una persona humilde en la calle y grande en el escenario.
P.D.- Este relato está escrito con algunos ingredientes de letras de Mario, «Amuletos» «La hora de los cretinos», «Nuestra realidad», «Roto», «Fin», «México «.
Julián Maestro, torero.
