Pudimos vivir una agradable tarde, ya que el clima nos permitió disfrutarla. Lamentablemente la entrada fue muy mala, como pocas veces he visto esta plaza cuando se anuncia una corrida, un cartel interesante para el Taurino, o con una ganadería diferente a lo que habitualmente nos plantean.

Y a esto es importante hacer referencia, ya qué hoy vimos que pelearon en el caballo incluso ocasionando tumbos, y aunque algunos se quedaron parados en el último tercio hubo toros con una calidad extraordinaria que permitieron a los toreros una digna labor, misma que llevó a Luis David a salir por la puerta grande.

Santa Fe del Campo fue la ganadería anunciada y que envió un encierro justo en presencia pero algunos con esencia, con calidad y nobleza sin dejar la bravura de lado.

José Mauricio venía reapareciendo en esta plaza, tras la cirugía que le impidió dar continuidad a lo que había hecho en la Monumental. Tuvo una tarde interesante, sin duda es un torero con clase y en su quehacer lo demuestra. Por lo menos en su primero con el que emocionó a los tendidos, y al que hubo de hacerle una faena tesonera debido a la fragilidad en la embestida del astado. Lamentablemente la espada le jugó mal y escuchó un aviso.

Su segundo aparentemente nos iba a dar más de qué hablar, incluso por ahí cierta rivalidad en quites con Luis David calentó Las Palmas de los aficionados. Esto para mí acabo con la fuerza que tenía el toro y demeritó la faena de muleta, en la que se vio aseado, sin llegar a romper lo suficiente para poder tocar pelo. Una tarde más de un torero al que mucha gente le tiene fe por el renacimiento que tuvo hace dos años.

Luis David vino a sustituir a Emilio de justo, y embonó bien en el cartel. Llegó con toda la voluntad, con todas las ganas y dispuesto a lo que fuera con tal de conseguir el anhelado triunfo. Quitando con el capote, visceral con la muleta y tratando de entender las embestidas de un toro bravo y de llevarlo bien toreado transmitiendo eso que lleva dentro. Tuvo momentos buenos en los que aprovechó las condiciones alargando la faena. Finalmente escuchó un aviso pese al cual recibió una oreja por parte de la autoridad.

En su segundo vino la hecatombe. Y a algunos no les va a agradar lo qué tengo que decir, la historia que quiero contar, pero tratando de ser objetiva y después de haber visto por televisión las grandes faenas que nos regaló la feria de Sevilla, sí creo que es importante lo que está ocurriendo.

Hace algunos meses empecé a sentirme mal, a tener migrañas, fiebre, malestar del cuerpo entero y tras hacerme las pruebas resultó ser el covid, lo cual inmediatamente me puso en cuarentena. En mi aislamiento lamentablemente tuve momentos muy críticos y ¿por qué mencionó esto? Porque hoy puedo entender lo que vive un toro en el ruedo cuando no se le da la distancia adecuada. Cuando un torero no acaba de entender que se necesita aire para respirar. A pesar de qué no tuve ninguna compañía durante estos momentos, me asfixiaba de un modo violento, perdiendo incluso la conciencia.

El toro de lidia ha vivido en el campo bravo, tiene un espacio vital que requiere para reponerse entre tandas y a veces parece que algunos toreros mexicanos no lo pueden comprender. Vimos a un Juli hace apenas unos días dando una cátedra de cómo hay que esperar y dar tiempo a un toro para que pueda colaborar con el torero. Y ayer Luis David tuvo en sus manos un toro qué demandaba esas cualidades y que además, pese a ser incomprendido, forzado y ahogado, le regaló embestidas  impresionantes que al final gracias a una estupenda estocada, debo señalarlo, le entregó dos orejas.

A veces hay quien dice que es muy fácil ver los toros desde la barrera, y tampoco lo es. Cada ángulo de la plaza nos puede dar diferentes perspectivas, sólo que la impresión que ayer me daba este ejemplar, fue la que sentí en mi convalecencia y pienso qué tendría que ponerse atención, ya que estamos en una ciudad con una gran altura, misma que puede dañar la condición física de un toro de lidia.

En cuanto a Diego San Román deberá ir encontrando su lugar en esta historia. Tiene mucho valor y hay toros qué a pesar de éste, tienen la suficiente calidad para requerir otro tipo de Lidia. Por momentos logró acomodarse con su primero y obtuvo respuesta en las alturas, sin embargo se cayó la faena y todo quedó en una salida al tercio.

Su segundo a mí me gustó mucho y aunque vino una ventisca, acompañada de algunas gotas de agua, siento que no tuvo el empaque para poder disfrutar de lo que su enemigo le ofrecía. La expectativa que generó ha quedado ahí, en el silencio de los túneles de La Plaza México.

No quiero demeritar los triunfos, pero si considero que tenemos que darle más respeto y seriedad a la Plaza México, porque estamos quitándole la categoría y esa es la pena más grande!

Alexa Castillo

Foto Plaza México