D. Álvaro Dávila y Agreda (IX marqués de Villamarta), un millonario aristócrata que poseía miles de hectáreas de terreno, había fracasado dos veces en la formación de una ganadería brava, por eso en la tercera vez que lo intentó puso toda la carne en el asador (y toda la pasta posible) fue en 1914 cuando compró vacas madres a algunas de las mejores ganaderías de la época: viuda de Murube, Félix Urcola, conde de Santacoloma, marqués de Albaserrada y marqués de Saltillo, posteriormente, por compromiso, compró ganado a Patricio Medina Garvey (que era primo de su esposa) y tenía una mezcla de casta Vazqueña y Vistahermosa, también se hizo con una punta de vacas de D. Carlos Otaolarruchi (de procedencia Hidalgo Barquero) al cual tenía como arrendatario en una parte de la finca Alventus, consiguió reunir 360 vacas, a las que echó sementales de D.Fernando Parladé y dió por finalizada la formación de su vacada, ya en 1917 lidiaba con buenos resultados, pero dos años después salió a la venta la ganadería de D.José Carvajal, una auténtica joya mezcla de casta Vazqueña a través de Arribas y Vistahermosa de D. Eduardo Ibarra que era lo mayoritario, aunque tuvo muchos pretendientes por que era una de las mejores en aquella época, D.Alvaro se llevó el caramelo después de poner un pastizal sobre la mesa, viajaron unas 500 cabezas de Zalamea a los campos Jerezanos, pues compró toda la ganadería de Carvajal que a la postre sería fundamental en lo de Villamarta pues de esta línea saca la mayoría de los sementales (también fue importante la ganadería de D.  José Carvajal en la formación de la de D. Manuel Rincón que a principios del siglo XX le compró una punta de reses) lo de Villamarta dió un gran salto de calidad tras esta adquisición, pues consigue un toro con una gran bravura no exenta de nobleza y sobre todo duraba hasta el final de la lidia.  Toma antigüedad en Madrid el 12 de abril de 1921 y en las décadas veinte y treinta se labró un gran prestigio,  en 1933 fallece el marqués pero sus herederos siguen juntos hasta 1941, en este periodo siguen sucediéndose los éxitos, como la histórica novillada en la maestranza sevillana, donde Manolete y Pepe Luis se repartieron cinco orejas y un rabo en 1938, también en Sevilla en 1941 el maestro Manolete le corta el rabo a un toro de Villamarta y su ganadería predilecta por eso Manolete y su apoderado Camará, aconsejan a D. Carlos Nuñez (y éste hizo caso) comprar uno de los lotes en que se dividió la ganadería en 1941 cuando falleció la marquesa viuda de Villamarta.

El hierro y la divisa familiar pasa a D. Álvaro Dávila Garvey, X marqués de Villamarta, sus herederos la traspasan en 1980 a la sociedad Garcibravo así se anunció hasta 1996 que varía el nombre anunciándose Villamarta, en la década de los noventa se añade un lote de Manuel Alvarez (puro Villamarta) .

D. Federico Molina es el representante de la ganadería que pasta en la finca Las Casitas en la provincia de Huelva y consta de unas 150 vacas con sus correspondientes sementales, lo cual le dá para sacar tres o cuatro festejos y algún toro suelto, las novilladas están saliendo interesantes como la lidiada en 2012 en las ventas, donde a varios novillos se les ovacionó en el arrastre.

La ganadería de Villamarta variada de pelajes (berrendo, ensabanado, franciscano, carbonero, burraco, colorado, etc) tiene mucho mérito al seguir en la lucha (aunque para ello la empresa tiene otros ingresos externos, que hacen posible la continuidad de la ganadería) al ver que muchas ganaderías antiguas han pasado al ostracismo, cuando no han desaparecido, nos alegramos mucho que Villamarta siga anunciándose en los carteles con la divisa verde botella y oro viejo y la V coronada que fundara el marqués de Villamarta.

 

Por Rafael Falcon