Por su sangre corre en pureza la sangre de Pedrajas,  el año 1939 los hermanos D. Isaías Vázquez y Don Tulio Vázquez adquirieron un tercio de la ganadería García-Pedrajas que venía del encaste casta Parladé. El actual ganadero empezó a colaborar activamente en la ganadería en 1989, hasta que en 2003 tomó las riendas en solitario, por el fallecimiento de su padre, D. Isaías Vázquez.

El siglo XXI ha sido un castigo para el encaste minoritario, donde muchas ganaderías han quedado marginadas por un sistema injusto y monótono. Tiempos duros y convulsos donde nuestro protagonista D. Isaías ha hecho frente de la manera más gallarda, coherente y tranquila posible.

En el presente la ganadería se ha visto reducida, en comparación a otras décadas. Son 80 madres, reinas guardianas de las hechuras, bravura y codicia del encaste de su familia. También cuenta con 5 sementales, para mantener las líneas abiertas, y no tener problemas de consanguinidad en el futuro. Una ganadería que protegerá con todas sus consecuencias, con sus buenos y malos momentos, donde en sus planes no hay nada que no pase por el encaste Pedrajas, sentenciando con una frase con la que me obsequio el ganadero, que me hizo rendirme hacia su persona “Si tuviera que quitar el encaste me quitaba de ganadero”. Fidelidad y amor por una joya genética en peligro de extinción.

Con las ideas claras de lo que quiere, intenta imprimir a sus toros la máxima personalidad. Con una exigente selección basada fundamentalmente en el caballo (Entre 6 y 8 varas), en el que exige al animal alegría, tranco y un buen son. En la muleta le pide a sus vacas, y toros, un comportamiento en bravo, el toro de be tener casta, agresividad noble, codicia, transmisión “pa’bueno y pa’malo”. El caballo, la muleta, todo influye, todo se analiza es un conjunto de caracteres que tiene que reunir un animal, para pasar a ser de la joya genética.

Sus animales se suelen definir en el caballo, debido a que en grandes ocasiones replican comportamientos. Con una excelente afición, y sabedor de la monotonía actual, le gusta que sus toros trasmitan ambiente al tendido. Que la gente disfrute, se emocione y se quede con la bravura de sus pupilos.

Para la temporada 2020 tiene una camada corta, que cuenta con 3 novilladas con caballos, aunque en los años próximos también tiene pensado lidiar novilladas sin caballos. Mientras sus novillos esperan destino, esta joya genética se está perdiendo, y cada día está más arrinconada. En parte, todos somos responsables de los últimos reductos de encastes minoritarios, ganaderías que fueron apreciadas en otros tiempos, en la actualidad somos 4 aficionados los que luchamos por la variedad, siendo gran parte del público culpables en cierta medida de aceptar el sistema, las ganaderías y los toreros tal cual.

Ganaderos como D. Isaías que siente en su persona la obligación de honrar a sus antepasados y seguir manteniendo sobre sus espaldas el peso de uno de los encastes más arrinconados, son el tipo de personas que engrandecen las fiesta con su afición.

Suerte para el futuro a estos “Pedrajas” toros armónicos, bonitos, finos de huesos y piel, musculados, con miradas serias, que se crecen durante la lucha y piden faenas cortas y compactas.

Por Juanje Herrero

Fotografía Luis Barbero