Por fin, el pasado viernes pudimos ver en un bar cercano a las Ventas la corrida de Sevilla, con algún parón y alguna dificultad. Menos mal que uno de los once que éramos, maneja un poco este tipo de aparatos.

Dan pena los aficionados que, como yo, que es la mayoría desconocen el funcionamiento de tanto aparato. Primero el móvil, del celular a la tele, paso a paso. Ahora se ve, ahora no se ve. Vergonzoso, y a tragar. De los once que nos dimos cita solo dos lo ven en casa a través del móvil. Aquilino, el dueño del bar ha gastado cuarenta euros en un aparatito para poder conectar. Repito, penoso.

Lo peor de todo estaba por llegar. Después de ver y escuchar aquel bodrio dan ganas de no volver. Ese era el comentario generar. Es cierto que la plaza estaba llena y que Roca es el único que llena las plazas y no todas. En Mérida, solo media y a medida de que la gente se vaya dando cuenta del fraude que supone la lidia que dicho torero ejerce, todavía veremos más cemento en las plazas.

Ya cualquiera se mete a ser empresa, después pasa lo que pasó en Mérida. Verdad, ¿Pereda? A veces no sólo basta ser hijo del gran J. L. Pereda. Hay que hacer más cosas. A ver si te enteras. Hasta el momento es el único sitio que Roca no ha llenado. El torero es el mismo, el empresario no.

Esa época de anunciar a Puerta, Camino y el Viti con cuatro carteles por el pueblo, o a Aparicio y Litri mano a mano de novilleros. Eso ya pasó. Primero porque no hay en la actualidad toreros como esos, ni empresas serias y trabajadoras y segundo porque la competencia con otros espectáculos nos adelantó hace rato. Con peores espectáculos, pero mejor vendidos.

Y volvemos aunque nos duela a poner Francia de ejemplo. El respetable Robleño se anuncia en Francia con dos de su corte y se llena la plaza, con el toro claro, no con la mona. Aquí para ver al respetable Robleño te obligan a sacar la entrada del cartel de Roca.

Y al día de hoy la señora  Ayuso sigue sin enterarse. Otra que si gana será por descarte. Los que compiten con ella son lo peor de cada casa. Y aun así las encuestas dicen que la faltarán votos para lograr la mayoría. La puedo asegurar señora Ayuso. Presunta macarra.

Que de los aficionados ha perdido muchos votos. Pero ya se sabe. En el país de los ciegos siempre hay un tuerto. Si sigue así terminará vendiendo cupones, no siempre tendrá enfrente a esa calaña con la que competirá el día 28. Que son para quemarlos a todos. En mi pueblo dicen este refrán. TODOS LOS TONTOS TIENEN SUERTE.  Ese es su caso, es un presunta tonta. A veces arrimándose a buen árbol te cobija buena sombra, aunque tengas que sobar un poco el árbol.

Y volviendo a la corrida de Sevilla, los seis torillos que por allí salieron eran seis borregos. Algún medio periodista ha escrito que algún toro venía de Olivenza. Y no nos extraña. El toro que no vale en Olivenza sale en la feria de Sevilla. Ya no nos sorprende nada. Este dato dice mucho más que toda la prosa que nos sueltan los palabreros de turno queriendo justificar el fraude que se comete a diario.

Hay una cosa que si nos ha sorprendido a muchos. En esta nueva televisión de chufla, aparece un nuevo comentarista, que tiene nombre de día de la semana  y vive en una cámara y que hace un programa que se puede ver en la Red, la verdad muy interesante, hombre culto, buen aficionado, defensor de la afición como pocos y por supuesto defendiendo el toro íntegro, y por eso ha conseguido un montón de seguidores. Pues lamento decirles que  empieza a prostituirse. Esta corrida ha sido una muestra clarísima. ¿No viste que los pitones tenían la bola hecha?  ¿No viste la vergüenza de presentación de la corrida?  Mire usted, a otro le podrán engañar, a usted no, y usted a nosotros tampoco.

Tendrá que cambiar el título de su programa, ya no le pega. Se nos ha caído un mito a muchos. Le teníamos respeto y admiración. Le hemos escuchado poner a cada uno en su sitio más de una vez, por permitir cosas como lo que usted comentó el viernes como cosa normal. ¿Es por salir en la tele? ¿Es por dinero? ¿Qué le han inyectado?  Está claro que, uno es honrado hasta que deja de serlo, es decir, cuando le ponen el duro que hace falta para comprarle. Lo ocurrido en Sevilla el pasado viernes, en otro momento, el citado personaje hubiera quemado la plaza.

Hágaselo mirar. Estas cosas si no se tratan  a tiempo suelen ir a más. Le hemos escuchado criticar la presentación del toro de la pasada feria de Valdemorillo por ejemplo y le aplaudimos. Solo han pasado dos meses. ¿Cómo se puede cambiar tanto en tampoco tiempo? No se pase usted al otro bando, no es el suyo, se lo decimos los que le admiramos y le seguimos.

Rafael Ortega