Segundo de los tradicionales y míticos espantes de la localidad zamorana de Fuentesaúco. Donde se han podido ver bonitas carreras con los caballos, bueyes y toros, que estuvieron algo más coordinados y organizados que ayer sábado, aunque al final el un toro se ha quedado en el prado. La esencia antigua renace en estas fiestas, donde la bravura y casta, se mezcla con los cascos de las cabalgaduras, para mantener viva una tradición, una forma de vida, un pueblo y una cultura. Los aficionados congregados rechazando a las reses con su cuerpo, gritos, aspavientos, nos llevan a otros tiempos, donde la verdad se mezclaba con las fiestas populares, y el miedo se perdía en esos días.

También se ha disfrutado de una gran capea tradicional por la tarde, con un lleno absoluto, y donde han destacado los dos toros, ejemplares de las ganaderías de Luis Paya y Barcial.

Por Javier García