Cronica Francisco Diaz, Fotografia Arjona

Tarde de expectación, que llevó a que se colgara el no hay billetes. Sin embargo, tarde de expectación, tarde de decepción, y el refranero nunca falla. Corrida bien presentada, sin exageraciones, de Jandilla y Vegahermosa, que adoleció de falta de fuerza y de casta, sin ser picada, a la que se enfrentaron Antonio Ferrera, Julián López, el Juli, y Andrés Roca Rey, los tres finalizaban sus comparecencias en el abono sevillano.

Abrió plaza un toro de prominente morrillo, luciendo densos y bellos rizos, que atendía al nombre de Diácono. Sin embargo, fue puramente fachada, pues estaba podrido por dentro. Desde los iniciales movimientos al salir por chiqueros, quedó evidenciada la flojera de remos del toro, derrumbándose en repetidas ocasiones. Todo fueron cuidados intensivos por parte del matador y de sus cuadrillas. Nuevamente, no fue picado (¿cuántos van ya?). En banderillas, escarbó y se dolió tras cada par, en un tercio protagonizado con gran solvencia por la cuadrilla. Antonio Ferrera lo cuidó (verbo indigno para un toro bravo) en los primeros compases, dándole distancia y vigilando las alturas. Cuando le apretó, un poco, muy poco, el toro se echó. Ni fuerza ni casta: putrefacción. Mató Ferrera de pinchazo y estocada.

Serio el segundo, de nombre Opaco, por hondo y largo. Desde un primer momento apuntó clase y humillación por ambos pitones, en el capote del Juli, sobre todo por el izquierdo, del que salió algo más distraído. Tras ser parado por su matador, salió al ruedo un señor montado a caballo, que tiró el palo con poca torería, cayendo trasero, cuyo cometido es aún desconocido. Se vivió un tercio de quites vistoso a cargo del madrileño y del peruano Andrés Roca Rey. El último quitó por una chicuelina, una tafallera, otra chicuelina, una caleserina y una revolera. Por su parte, López Escobar quitó por chicuelinas de compás abierto y una bella media, precedida por el típico recorte con el capote. Tercio de banderillas eficiente por parte de la cuadrilla de Julián López. En la muleta, el toro mantuvo esa categoría en la muleta, sin ser un derroche de raza y poder. En definitiva, el toro pos-moderno. El Juli lo lidió, en una primera instancia, con su habitual concepto, con toreo lineal y citando con el pico de la muleta, dando el paso atrás entre muletazo y muletazo. Siempre fuera de cacho. El pitón superior era el izquierdo, pero solamente orquestó una serie, por las dificultades que planteó el viento. Toreo ventajista de El Juli y el toro buscando tablas. Las últimas series fueron menos vistosas, por la condición rajada del animal, además de gazapona. Estocada indecorosa, tras el horripilante y popularmente conocido julipié: trasera, perpendicular y caída. Bien el presidente al no conceder el trofeo, que tuvo que soportar una señora bronca.

Se fue Roca Rey a la puerta de chiqueros para recibir rodilla en tierra a Jumbrío. No resultó muy lucido el recibo, un toro que se movió con humillación y la penca del toro erecta. Se fue a recogerlo por chicuelinas, algunas un poco atragantadas por la falta de mando. El picador hirió al toro de tal forma que hubiera tenido suficiente con una cuchilla de afeitar. Cambió Roca Rey el tercio de forma muy precipitada, lo cual le pesaría con posterioridad. Gran brega de Juan José Domínguez, con capotazos poderosos y dominando la embestida del toro. Cumplieron los otros dos. Al igual que en el recibo, el peruano echó rodilla a tierra. Ya de pie, el toro embistió con casta y transmisión, con buen embroque y derrotando arriba. No pudo su matador al ejemplar, que no estuvo picado y no fue tampoco el primero. A veces desbordado Roca Rey con el animal, que no le dio la distancia que requería. Estocada baja y saluda una ovación.

Y salió Pepe, de Vegahermosa, el sexto toro del ciclo sevillano para Antonio Ferrera, que lo saludó meciendo el capote llegando hasta el platillo. El animal embistió manifestando su poca, o nula, fuerza y queriendo humillar. En el primer puyazo, bien cogido, no se comportó mal. Sin embargo, el segundo, aparte de trasero, fue un picotazo de mosquito. En banderillas, fue lidiado con mucha suavidad por Montolíu, resultando arriesgado el tercer par por como se defendió al animalillo. En la muleta fue más que palpable la invalidez y la ausencia de casta del toro. Ferrera lo intentó por ambos pitones, cambió los terrenos y buscó las alturas y las distancias… pero nada. Estocada eficaz y se arrastra el animalucho.

Retador será recordado por sus feas hechuras, muy corto de cuello. Salió con demostración de poder, no humilló nunca en el capote. Se arrancó con prontitud y alegría al primer puyazo, donde empujó más y mejor que los otros hermanos, muy bajo se agarró Barroso. En el segundo fue al piquero con la misma condición, que esta vez sí se agarró de forma proverbial, para partir solamente la piel. El comportamiento que mantuvo el animal durante el segundo tercio invitaba a vislumbrar dos posibles comportamientos: casta o genio. Una vez tomó la muleta Julián López, el toro comenzó a defenderse y a demostrar su nula casta. ¿Lo mejor? Abrevió el matador, con un muy feo espadazo.

Cerró plaza Pastor, de menor cara que todos sus hermanos, también el sexto y último toro de Roca Rey en el abono. Salió sin excesiva codicia, marcando su mansa condición. En el caballo se defendió en el primer puyazo y salió suelto, en el segundo recibió un picotazo, en ambas ocasiones muy bien cogido por José Manuel Quinta. Saludó tras dos buenos pares de banderillas Juan José Domínguez, buena tarde. Lo acompañó Paquito Algaba. Tanto en el quite por gaoneras de Roca Rey como en el capote de Viruta, el toro embistió con más brío y recorrido. Brindó al público e inició la faena por estatuarios, buscando el animal la puerta de chiqueros. Tras la apertura de faena, comenzó a torear sobre la mano derecha en el platillo, siendo la principal virtud del matador dejar la muleta puesta para evitar que el toro se fuera. Sin embargo, el toreo del peruano abusó de pico, periferias y pierna retrasada. Menos ventajista toreando al natural. Finalmente, el toro se rajó y el matador lo persiguió por todo el ruedo, extrayendo muletazos de interés. Falló con los aceros y eso impidió el trofeo.

Sevilla, jueves 19 de abril de 2018. Toros de Jandilla y Vegahermosa (4º). Antonio Ferrera, silencio y silencio; El Juli, vuelta al ruedo tras fuerte petición y bronca al palco y silencio; Roca Rey, ovación con saludos y ovación con saludos tras aviso; Entrada: Lleno de «No hay billetes». El público obligó a saludar a El Juli tras el paseíllo. Saludaron en banderillas en el sexto Juan José Domínguez y Paquito Algaba.