Como sabemos, Gregorio de Jesús fue un novillero de muchísima proyección y, como otros muchos toreros, una vez tomada la alternativa se lo pusieron muy difícil y, pese a todo, hasta soportó siete años con mucho estoicismo, hasta el punto de torear más de setenta corridas de toros. No tenía mal aire el diestro de Sueca pero, como diría Ortega, el hombre y sus circunstancias y las de este hombre fueron tremendas.

Gregorio resistió como el que más pero, aquello de tener que pechar con las corridas ilidiables, con el agravante de que los triunfos tampoco servían, decidió abandonar aquella lucha inmensa que, en honor a la verdad poca gloria le reportó, pese a que salió tres veces por la puerta grande del coso de la calle de Játiva.

No es menos cierto que, su señor padre, el que fura torero igualmente  y conocido como Gregorio García, tras su retirada se dedicó a la crianza del toro, no con la ilusión de poder lidiar en plazas de toros pero sí, ante todo, sabedor del enclave en el que vivía, era entendido de que la modalidad de “bous al carrer” podría ser su tabla de sanción y, con sementales y vacas de distintas ganaderías comenzó su singladura como ganadero para el menester citado.

Tras la retirada como torero de alternativa, Gregorio de Jesús, era consciente de que en el negocio familiar podía vivir con dignidad y acomodo ejerciendo esa labor que tanto le fascina que no es otra que estar junto al toro y, qué logro más bello el suyo porque los toros a los que amaba los tenía en casa.

Son más de treinta años dedicado a esa labor en la que el toro engrandece las fiestas de decenas, centenas de pueblos de la Comunidad Valencia en que, para tal profesión, nuestro hombre puso hasta su alma en dicho quehacer, un trabajo que le recompensó y le permitió vivir una vida digna, tanto para él como para los suyos.  Recordemos que, el toro, como tal, es el dueño y señor de la mayoría de los pueblos de nuestra comunidad y, De Jesús, al tanto de dicha realidad nunca se quedó a la zaga para llenar de gloria calles y plazas de tantísimos pueblos valencianos.

La dedicación y entrega de Gregorio de Jesús en lo que a su profesión se refiere, le permitió obtener el mayor de los éxitos como ganadero porque, en su finca, un día se cruzaron la vaca llamada “fusilera” y el toro “caracol” para que viniera al mundo el toro más célebre que hemos conocido en la historia del “bous al carrer” nada más y nada menos que, “Ratón”. ¿Les suena el nombre? Yo diría que Ratón es el toro más célebre de todos los tiempos que, además del éxito obtenido durante casi catorce años, hasta tuvo la “fortuna” de ejercer como quieren los toros, matando a varias personas, un hecho lamentable del que tanto lloró el propio ganadero como más tarde nos explicará.

-Gregorio de Jesús, no quiero preguntarle por las consecuencias de la pandemia porque, al respecto, callado quizás esté mejor ¿verdad?

Son dos años ya de desdicha al más alto nivel porque, sin poder sacar un toro a la calle, la hecatombe no podía ser mayor. Nosotros vivimos del toro en la calle y, como ha ocurrido en el mundo del toro en general, la miseria se apoderó de todos nosotros porque, las tres cuartas partes del ganado todo han tenido que ir al matadero.

-No es menos cierto que, años atrás, su nombre, digamos que sus toros eran santo y seña en la modalidad de la calle como antes decíamos y, para colmo, en sus manos tuvo usted a Ratón, el toro más emblemático que cualquier ganadero pudiera soñar.

¿Qué tenía Ratón que no tenían los demás toros de su ganadería?

Una fiereza extraordinaria; era todo un espectáculo y, en honor a la verdad, me lo quitaban de las manos. Y fíjate que en casa hemos tenido toros fantásticos para ser corridos en la calle e incluso en plazas para diversión de los mozos pero, como Ratón no hemos tenido ninguno igual y, dudo que podamos repetir la historia.

-Si mal no tengo entendido, Ratón mató a tres personas y, para su suerte, creo que cuando ocurrió la tragedia no mandaba en España la carroña del socialismo y comunismo; se lo digo porque, eso ocurre en este momento y le meten preso a usted para toda la vida. ¿Qué puede decirme al respecto?

Si, amigo, los tiempos ha cambiado mucho y, lo que hasta hace muy poco tiempo era una situación normal, ahora todo se convertido en una defensa animalista en que, como vemos a diario, vale más la vida de un animal que la de un ser humano. Sufrí mucho cuando ocurrieron las desgracias que me apuntas pero, eso ha ocurrido toda la vida en els “bous al carrer”, no es nada nuevo, aunque yo me quedara en plena desdicha tras enterarme de la muerte de dichas personas. Claro que, en ocasiones, la irresponsabilidad de las gentes nos lleva hasta el precipicio de la muerte porque, jamás debemos de olvidar el peligro que tiene un toro en la calle o en la plaza, nada importa, máxime cuando se la hacen cosas a cuerpo limpio y, muchas veces, hasta se ponen delante de los toros personas ebrias que, sin duda, es el peor mal que un hombre pueda tener para ponerse frente a un toro. ¿Te imaginas a un recortador o un torero borracho delante del toro? Pues eso que es impensable ocurre muchas veces cuando los mozos, poseídos por el alcohol son capaces de hacer las locuras que muchas veces hemos visto y que, como decíamos, tan funestos resultados nos han dado.

-¿Se arrepintió alguna vez por haber criado a Ratón?

Nunca. Es más, siempre me sentí  orgulloso de tener un animal con aquel trapío y fuerza que, desgracias al margen, hizo las delicias de miles de personas por toda nuestra comunidad e incluso más allá de nuestras “fronteras”.

-Quiera Dios que pase toda esta pandemia y para el año venidero usted pueda recuperar su actividad, al igual que los empresarios taurinos para que puedan celebrar todas las corridas de toros por la geografía hispana. ¿Qué recursos ha tenido usted para poder soportar ese calvario sin precedentes?

Como antes decía, con todo el dolor de nuestro corazón, llevando gran parte de la camada al matadero y, por supuesto, echando manos de los ahorros que teníamos que, gracias a que fuimos previsores no hemos cerrado la ganadería.

-Como hemos podido saber, en sus manos tiene al grupo de enanitos Popeye Taurino. ¿Qué perspectiva tiene sobre ese grupo admirable de personas que, como usted sabe, desde las instancias del poder ejecutivo central de España, tanto han cuestionado a estos artistas, todo con la finalidad de robarles el sagrado pan que se ganan honradamente?

Son muchas las crueldades que estamos padeciendo y, la que cuentas es muy sangrante porque, grupos como el citado, capitaneados todos por el Bombero Torero, el grupo que creara don Pablo Celis, hacen las delicias de niños, jóvenes y mayores, algo por lo que estoy luchando con la finalidad de que resurja para siempre el toreo cómico en manos y sentidos de estas personitas maravillosas. Ayer, por ejemplo, tuvimos un gran éxito del Popeye Torero en Huelva, un espectáculo singular en el que acuden, padres, abuelos, niños, los que ríen sin cesar y, como sabes, la risa es lo que nos está faltando en el mundo.

-He podido saber que usted echó una mano hace un par de años al torero Alfredo Bernabéu, ahora en manos del maestro Santiago Garay el que tiene una ingente tarea dadas las circunstancias que nos rodean en todos los órdenes. Fíjese como está el toreo que, si me apura, todo sigue igual que el día que usted abandonó. ¿Cuál es el futuro de Alfredo?

Es difícil la tarea emprendida porque, como sabes, novilleros hay muchísimos y festejos cada día se montan menos y faltaba, como antes decíamos, la pandemia. Alfredo es un torero de corte artista, no en vano, el maestro Gregorio Tébar El Inclusero es el que le orienta en las cuestiones artísticas, una lección que como compruebo Alfredo ha tomado. Confío mucho en él y, como apuntabas, estoy convencido que tanto él como Santiago Garay en calidad de apoderado, nada dejarán por hacer porque si algo les sobra a ambos es ilusión.

-Usted, amigo Gregorio de Jesús, dado su romanticismo del que yo antes hablaba, está usted rizando el rizo de lo imposible y, como quiera que no puede usted “lidiar” en los pueblos, se ha decidido por montar novilladas y corridas de toros. Su primera gran locura, como me han contado, fue organizar la corrida de Bocairente con Diego Ventura, el mejor rejoneador de la actualidad el mediático Cayetano y Miguel Tendero. No creo que usted se haya comprado un coche con las ganancias de dicho festejo; es más, lo asumo, no se ha comprado usted nada pero, ¿tanta vocación tiene usted para cometer semejante locura?

Me costó dinero del bolsillo, es cierto. Pero tú no sabes la ilusión que había en Bocairente para dicha corrida, la más grande del mundo y, deja que te aclare que, si no hubiera sido por el aforo que teníamos tan reducido, hubiera ganado una “peseta” porque había muchas ganas de toros en el pueblo y eso emociona a cualquiera.

-Presagio que, para el año que viene, si volvemos a la normalidad usted ¿se decantará como ha hecho toda la vida al “bous al carrer”? o, hasta sospecho que dejará esa actividad empresarial como es el hecho de montar corridas de toros porque, para colmo, me han contado que en Bocairente pagó usted de forma muy generosa, siempre acorde la reducción del aforo que se le permitía.

Yo no podía engañar a nadie y, si habíamos convenido con una cantidad, eso tenía que ir a “misa”. Yo no puedo empezar mis primeros pasos como empresario y que vayan diciendo pestes de mi persona; de ser así, bonita carrera me esperaría como empresario. Es cierto que me costó dinero del bolsillo pero, ya lo recuperaré en próximas ocasiones. Si uno quiere seguir en este campo empresarial no hay otra forma que afrontar el riesgo y, no creo que todos los que organizan corridas de toros ganen siempre.

-Le voy analizando, Gregorio, y usted no escarmienta. Lo digo porque para el próximo 15 de agosto ha montado usted una corrida de Miura en un pueblito llamado San Lorenzo de la Parrilla, si se me apura, una locura que supera a la de Bocairente. El cartel, todos de Miura para Javier Castaño, Serafín Marín y Alberto Pozo, un chaval que usted ayudó en su momento que le dan la alternativa. Piense que, todo lo contado, ocurrirá, Dios mediante el 15 de agosto pero, en una plaza que tiene un aforo de dos mil personas que, como barrunto, dadas las condiciones sanitarias no creo que se congreguen mil personas. Como eso salga bien y gane usted dos mil euros, se lo tendremos que contar al mundo para que tomen nota, ¿verdad?

Hay un gran ambiente en el pueblo y cuento con la ayuda del ayuntamiento que, sabedores de que por vez primera en su historia se lidiará una corrida de Miura que debería de haberse lidiado en Sevilla, el rango no puede ser mayor; vamos que, hasta les costaba mucho creerlo pero, una vez salieron los carteles a la calle se disiparon todas las dudas y todo el mundo está muy contento. Es cierto que, del mismo modo cuento con CMM, el canal de la Comunidad Castilla la Mancha que como sabes retrasmite muchísimas corridas de toros y, en mi caso, me sentiré honrado que las cámaras puedan dar fe de todo lo que allí suceda; pese a todo, ilusionado lo estoy en grado sumo. No es una cuestión crematística porque si lo fuera, con toda seguridad que no hubiera organizado dicha corrida.

-Pese a tantos imponderables, según me han contado, eso de organizar festejos taurinos parece ser que le ha picado el ”gusanillo” y aspira usted a mayores eventos. ¿Qué proyectos tiene al respecto?

Es una tarea apasionante, cosa de locos, dirías tú ante todo lo que te he contado pero, en lo sucesivo, cuando volvamos a la más absoluta normalidad tengo previsto licitar para plazas incluso de mayor nivel porque, sinceramente, en lo poco que he organizado me he sentido reconfortado, no a nivel económico que, como antes decíamos, todo llegará, pero sí he sentido la extraña sensación de poder ayudar a la tauromaquia para la que aportaré mi modesto grano de arena.

-Cuando todo va mal, todavía se puede empeorar mucho más porque, para su desdicha, tiempo atrás un toro de su ganadería le infirió una cornada gravísima. ¿Qué pensó usted en aquel momento?

Hombre, pensé que el diablo andaba suelto porque, lo que hice aquel día lo había hecho miles de veces y nunca había pasado nada pero, fíjate que, montaba como estaba en el tractor, un toro me echó mano y me destrozo la pierna. Son los gajes de la profesión que uno tiene que soportar con estoicidad y resignación.

-Gregorio de Jesús, ha sido un placer conversar con usted para que nos contara tantas anécdotas que, sin duda, serán de mucho agrado para nuestros lectores porque si de algo carece el mundo del toro es de románticos a la antigua usanza como es usted.