Los aficionados más viejos de Cieza (Murcia) presumen de aquél festejo celebrado en la plaza de su pueblo, donde Manolete y Arruza se encontraron por vez primera en un ruedo español. «La Deseada» que así se llama dicha plaza centenaria ha cobijado e iluminado los mejores carteles de la torería, especialmente en los años ochenta y noventa. Sin embargo, en la actualidad el bonito coso ciezano vive momentos de gran incertidumbre. En agosto de 2019 daba su último festejo, por tanto son ya tres años sin abrir sus puertas al público. El único estamento todavía vivo que tenga relación directa con la tauromaquia en Cieza, es su Club Taurino.
Hace unos días, Carmen Camacho hizo la cesión simbólica de trastos, cual alternativa a Carmen García, una mujer que rebosa afición taurómaca; y ahora será ella quien tenga que insuflar nuevos aires y optimismo a una afición que no tiene nada claro su futuro.
¿Qué deseos tiene en principio Carmen García para con su Club?
-Llevamos tres años sin festejos en Cieza y eso, se quiera o no, ha enfriado mucho el ambiente taurino. Queremos ilusionar a nuestros aficionados y socios; tenemos pendientes varias visitas a ganaderías, especialmente en octubre, donde iremos a Salamanca. También por esas fechas haremos la denominada «semana cultural». En nuestra agenda llevamos exposiciones de pintura y alguna conferencia.
Las perspectivas taurinas en Cieza son bastante sombrías. ¿Se plantea el club alguna alternativa a la plaza ya existente?
-Como sabemos, la plaza de Cieza es propiedad particular. Los hermanos que antes estuvieron al frente, al parecer dejaron de estar ahí y ahora son otros. No tenemos constancia de sus planes, no se han puesto en contacto con nosotros y por otro lado, y quizás lo más importante es que no hay ningún empresario interesado en hacerse con la plaza. Eso es lo más grave.
¿Habéis contemplado el dar toros en una portátil?
-Cualquier posibilidad sería buena. El caso es que haya un empresario que se comprometa a ello.
Con ese vacío en casa, ¿cómo lleváis vuestra afición?
-Pues asistiendo a todos los festejos que tenemos alrededor: Calasparra, Cehegín, Blanca, Murcia, Abarán, etc.
¿Y no se siente sana envidia de la Feria del Arroz de Calasparra?
-Por supuesto que sí. Ellos tienen la colaboración de su ayuntamiento, así como la feria de novilladas de Blanca. Aquí en cambio, el ayuntamiento no está muy por la labor.
A últimos del siglo diecinueve, en Cieza se corrían encierros. ¿Habéis pensado en organizar de nuevo esos eventos?
-Estando el empresario Antonio Soler aquí en Cieza, lo propusimos; -añade Juan, el secretario del club. Pero claro, hay que tener en cuenta las grandes dificultades que conllevan las calles que llevan hasta la plaza, son grandes avenidas y vallar todo eso tendría un alto coste. No es lo mismo que el recorrido se haga por calles estrechas como es el caso de Blanca. También y siendo Ortega Cano el empresario, tratamos el tema.
En el caso que todo esto cambiara, ¿qué ganadería os gustaría ver en Cieza?
-Evidentemente Miura, también por su especial pelaje los toros de Prieto de la Cal. Tampoco desdeñamos a Victorino y a su primo Adolfo.
No deja de ser curioso, habéis dado nombres de encastes nada comerciales, y sin embargo el público ciezano va por otros derroteros.
-Sí, así es. El público de Cieza es absolutamente torerista, le interesa mucho el triunfo de los espadas, que los festejos se salden con muchos trofeos; en definitiva es un público muy caliente. Nosotros, desde nuestra óptica de aficionados intentamos ofrecer ese otro lado torista, que pueda enriquecer y complementar lo otro.
Carmen García vivió en primera persona la debacle que se produjo en la escuela taurina de Murcia, ya que su hijo Leo fue alumno. A día de hoy, ¿que sientes de aquél suceso?
-Me dio mucha pena, me desengañé mucho ya que confiaba en la gente que estaba allí. Va para tres años lo que sucedió, y todavía nadie de los responsables ha tenido la decencia de dar una explicación a los alumnos. ¡Con esto queda demostrada la escasa moral de esta gente!
Y por último, ¿qué mensaje se le puede dar al aficionado ciezano, hoy más huérfano que nunca de toros?
-Que se acerquen al club, que compartan con nosotros sus inquietudes, que sepan que existimos, que intentamos potenciar la afición mientras esperamos poder ver la luz en este largo túnel.
«La Deseada», tan coqueta ella, puede que una de las más bellas de la región murciana no tiene quien le quiera. Tal vez, vivió sus años dorados en la década de los ochenta, por ello su antiguo propietario, Andrés López Marín amplió su aforo. En la última década las arenas de su albero fueron perdiendo esplendor, y ni tan siquiera Talavante, don Julián López, ni el joven peruano Roca-Rey en dos ocasiones, lograron rescatar antiguos oropeles.
Lo de sus últimos empresarios es otra historia: uno se enamoró de ella al estilo de un romántico andaluz, otro soñó con profesarle amor casi eterno, otro pasó de puntillas como un amante fugaz y el último apenas le profesó un amor simplemente mercenario. Serán las cosas extrañas que suceden en el toreo, pero lo cierto es que tres de estos cuatro taurinos dejaron su oficio como empresarios después de haber pasado por sus brazos amorosos.
Giovanni Tortosa
Foto: Carmen García, nueva presidenta del Club Taurino ciezano.