Pues llegaba la primera corrida de fallas, la primera feria de primera del año 2019, y con ella llegaba el “murmullo”, lo típicos corrillos donde se debaten los entresijos de las ferias, se habla de lo que paso ayer en Illescas que algún medio “bien pagado” cuenta lo que quiere de Morante de la Puebla, pero ni por asomo la verdad. También se habla de ese buen entrenamiento que tienen las figuras en Olivenza… que es como el trofeo Carranza de los toros. En fin, se habla de la actualidad taurina, en corrillos, en bares, en la puerta y en el tendido… todo se sume en el más profundo de los murmullos antes de comenzar.

Llegaba Victorino Martin a Valencia después de un tiempo de ausencia, esta temporada han decidido meter una corrida un poco más “torista” para darle un chispazo de variedad a una feria de fallas bastante monopolizada por el encaste domecq. “A priori” un cartel rematado, un torero de la empresa, Rafaelillo, un torero joven de la tierra, Varea, – que sustituía a Fortes- y la sensación de la temporada pasada con las corridas duras, Octavio Chacón. Pues la jugada era tener dos toreros de la empresa Rafaelillo y Fortes, así sale más barata la corrida, e incorporar a Octavio Chacón que es del gusto del aficionado y del espectador. Al final Fortes no pudo estar pero Varea tal vez incluso le sale más barato y quedan muy bien al ser torero de la tierra. Con este tipo de carteles la empresa suele ganar bastante dinero si funciona la taquilla, y será lo que haya pasado visto que estaba con cerca del 80% de la entrada.

Pues entre murmullos y expectación, a punto estaban de sonar los clarines y timbales, a esto que entran dos aficionados agitados, jadeando, sudorosos por la prestancia para no llegar tarde… -“casi nos perdemos el primer toro”, -“Che, la culpa tuya, por decir que era mejor venir en coche”. Salió el primer toro, bonito, muy en el tipo de la casa… la corrida estuvo muy desigual en el tipo, pero muy igualada en el fondo. Sin bravura, sin celo, sin fuerzas, parados y noblotes… con algo de peligro. Al caballo se arrancaron pero no lucharon bajo el peto… muy mal picados por los varilargueros… sin destacar ni un solo puyazo. Picaron mal de todas las índoles, trasero, en la paletilla, muy delantero… “oju” que sangría prepararon, y los toros que no estaban con excesivas fuerzas… imagínate el resultado.

Rafaelillo estuvo en su línea, sin más, seguro con sus toros, pero en ningún momento levanto ninguna de sus faenas el vuelo, bien es sabido que tuvo enfrente los toros “sositos” de Victorino Martin que no le ayudaron a transmitir emoción al tendido. Con buena técnica se escapo de ciertos apretones de los “grises”, en ocasiones se le quedaron cortitos… y tuvo que tirar de esa lidia tan apreciada como escasa que se basa en las piernas. No estuvo acertado con la espada. Silencio en sus dos faenas.

Varea llegaba a Valencia por vía de la sustitución, y dejo detalles de torería con el capote, pero todo lo que gano con el capote lo perdió con la muleta. La falta de corridas, saco a relucir una seria de flaquezas en su toreo de muleta, mucha precipitación, falta de improvisación, pero creo que hay materia prima, solo hace falta sacar el verdadero toreo que lleva dentro. Tampoco ayudaron sus enemigos, en una tarde de flaqueza y gazapones… fue desarmado en varias ocasiones en cada una de sus faenas, punteado en exceso el engaño, no llego acoplarse del todo. Mato mal, bajonazo en el primero, y muchos pinchazos en el segundo. En Castellón tiene una nueva oportunidad para demostrar el torero que es, y el que puede llegar a ser. Tal vez con otro encaste… y con su público triunfe.

Octavio Chacón está en su mejor momento, cada día crece más personalmente y eso se nota a la hora de lidiar sus toros, que forma de enseñar al toro con el capote, de llevarlo al caballo, de estar pendiente de la lidia, de mimar al toro y darle toda la ventaja, que suavidad en sus muñecas, sin enganchones, despacio todo, para paladear los detalles. Su primero parecía tener algo más por su buena forma de embestir al capote, dejaba surco en la arena… pero fue un espejismo, cambio en el caballo, y en banderillas ya aviso que se iba a quedar cortó. Para Octavio  Chacón su debut en fallas era especial y no quiso dejarse nada dentro, lo intento con un toro que le estaba avisando, que estaba cada vez más a la defensiva, en una de esas le echo mano, la cornada desde el tendido estremeció a más de uno, pero este torero tiene demasiada “vergüenza torera” para irse por sí mismo a la enfermería, se quedó entre dolores mientras su traje se llenaba de sangre. Le saco tres tandas de mucho mérito, a un toro que ya sabía dónde estaba la presa, que cada vez sabia más, pero aun así le aguanto, le mando con firmeza, le trago un par de veces y lo mato de una certera estocada. Oreja de ley.

Paso por la enfermería, le operaron, y volvió al ruedo para matar al sexto, que compromiso, que responsabilidad con su carrera tiene este torero. Sabedor que el triunfo está cerca, a una oreja de salir por la puerta grande. Mermado de facultades, pero con una torería única, le saco al toro todo lo que tenía, le toreo muy de verdad, con suavidad dejándole beber de la tela, sin obligaciones pero con firmeza, con las yemas en ocasiones dejando que los vuelos de la muleta hicieran el resto. Dio una lección de coraje y valentía, de compromiso y seriedad. Lástima que el toro no le ayudara a matar, fallo un par de veces, para vencer su espada a la tercera. Aquí hay torero y cada vez más aficionados se dan cuenta.

Al final los “paisanos” se despidieron diciendo, -“ menos mal que echamos una carrera para entrar sino nos perdemos el mejor toro”.

 

Por Raul Muñoz

Fotografia Carlos Gimenez