Un aniversario sin sabor a aniversario. Fue una corrida más del serial, sin un toque diferente; como cualquier otro día de corrida. Desde ahí la cosa ya anunciaba una tarde anodina.
Media entrada se registró en la Plaza México que para un cartel de 5 de febrero es triste y preocupante ya que por lo menos de villamelones se llenaban los tendidos y hoy por hoy, ni ellos se sienten atraídos a acudir y tomarse la foto tradicional.
Los toros de Jaral de Peñas nos decepcionaron una vez más. El encierro bien presentado pero el juego desigual excepto en algo, la mansedumbre.
Jerónimo en un compromiso muy grande salió con una actitud de novillero pero lamentablemente se topó con un toro rajado y violento y pese a eso nos demostró que cuando las cosas son adversas queda el corazón y las buenas maneras para solventarse. Una faena de detalles, aprovechando cada arranque del astado para dibujar esas pinceladas de arte que le caracterizan. Y es que un trincherazo de Jerónimo vale el boleto. Le arrancó un par de muletazos que hicieron eco en los tendidos que ayer pudieron ver la madurez de un torero auténtico, con sello propio, con una calidad rebasada y una profundidad inmensa. Mató efectivamente y agradeció en el tercio. El quinto fue infumable. De nueva cuenta salió con la decisión del León, pero ante toros rajados, con mal estilo, y poca fuerza, solo quedó la decisión y el pundonor. La gente le pidió con insistencia  regalar un noveno pero por lo visto los sobreros no convencieron a sus apoderados.
Sebastián Castella bailó con la menos fea, como se dice por ahí. Un toro también falto de bravura pero con emotividad y con una clase y nobleza extraordinarias. Y Castella quien lo vio desde el capote, supo aprovechar cada una de las embestidas, tapándole la cara con la muleta para ir sembrando en cada momento lo que habría de cosechar al tiempo. Muletazos en redondo que más parecían de un toro de cuerda que de uno acometiendo a su acosador, pero que el francés explotó de buena manera haciendo las delicias de la afición que se volcó en muchos momentos con el torero. Una acertada estocada y fuerte petición que concluyó en una merecida oreja y de nueva cuenta el nada unificado criterio de los jueces que ayer fueron espléndidos y hoy ante una gran tarde del de Beziers, se limitaron en los premios. El toro fue ovacionado en el arrastre
El sexto de la tarde prometía de salida pero se despitorró en el peto del picador y salió un sobrero de la misma dehesa sin fondo pero con buen estilo y todos creíamos, seguramente él también, que podría secundar lo realizado en su primer turno, sin embargo el toro se vino a menos y acabó rajado y sin dar posibilidades al triunfo.
Joselito Adame fue recibido de muy mala manera por el público y a pesar de que estuvo por encima de los dos de su lote, todo acabó en silencio.
Con su primero comenzó a tratar de conquistar de nueva cuenta a quienes apenas hace un par de años lo encumbraron, pero las condiciones del astado no le permitieron más que detalles, momentos que brindaron emoción en los tendidos por su valor y su entrega pero que quedaron en sólo un suspiro. En el segundo no podía permitirse pasar desapercibido, por lo que aprovechó cada una de las a veces incómodas embestidas del de Jaral para ceñirse con el toro y recibir una tibia entrega de parte de los asistentes. Sacó partido en el último tercio de los medios pases que le otorgaba el marrajo que igual que sus hermanos, buscaba con desesperación las tablas y lució, de manera que parte del público comenzó a rendirse ante el de Aguascalientes que tuvo una actuación meritoria y que tras una buena estocada y un certero golpe de descabello se retiró entre una insensible división de opiniones.
Andrés Roca Rey sale siempre como si no hubiera un día más. Y en México no ha sido la excepción, pero vamos a ser realistas. Es un torero con un valor a toda prueba, que se pasa los pitones de los toros a milímetros del cuerpo y que pone los pelos de punta hasta en el más ortodoxo, pero, como puede emocionar a la gente con un toro manso, descastado y que en lugar de acometer busca la huida?. Es que esa gran exposición que le vemos en España, y en otras plazas del mundo, definitivamente no la puede tener en México, ya que le hace falta toro, y a pesar de utilizar todos sus recursos, no hay ese impacto en la afición. A su primero tanto en quites, como en el inicio de faena le vimos como si se le acabara la vida por triunfar pero después de la segunda tanda todo quedaba en pequeños arreos que el peruano intentó exprimir, todo con tal de agradar y agradarse pero sin materia prima no hay manera. En su segundo de  nueva cuenta intentó emocionar a la gente pero ya parece disco rayado lo que hay que decir. Sólo podemos comentar que es una verdadera pena la tarde de ayer.
La semana que viene se supone la última corrida de la temporada en que están anunciados Andy Cartagena, Arturo Macías «El Cejas» y Leo Valadez con un encierro de la ganadería de Las Huertas. Ojalá podamos curarnos en salud porque esta temporada va de capa caída y eso es preocupante a nivel mundial.
Por Alexa Castillo