Una noche más, desde torosdelidia.es, los acompañamos ayer miércoles 25 de marzo para intentar hacer el confinamiento lo más agradable posible. Los directos los protagonizaron tres matadores de toros: José Antonio y Tomás Campuzano y Juan Mora. Un auténtico privilegio. Nos deleitaron con anécdotas, valores y profundas reflexiones. Ayer reforzamos todos nuestra afición. Es más, aunque mi imparcialidad no pueda ser absoluta, estoy en condiciones de afirmar que el coloquio de ayer fue una fuente de afición, sin duda alguna. También quiero aprovechar la ocasión para reconocer la extraordinaria idea y labor del director de este portal, Juanje Herrero. Un acierto, véase por donde se vea.

Rompió la tarde, como diríase en una crónica taurina al uso, el maestro José Antonio Campuzano. Testimonio imprescindible de quien ocupó los puestos más destacados del escalafón, y ha sido descubridor de portentosos toreros. Máximas figuras, hoy. Tras un brillante transcurso en el circuito de las novilladas sin caballos, tomó la alternativa en Sevilla. Reconoció con pesar como, al poco, sufrió un pequeño bache. “Normal, los toreros somos también seres humanos”. Recondujo su trayectoria a las corridas duras, a las que está profundamente agradecido. Las admira y las respeta: sabedor de cuan importante son para la Fiesta y han sido en su carrera. Cuando al fin alcanzó la gloria, jamás se olvidó de esas ganaderías. Prueba de ello fue que solo un torero ha matado un domingo de Feria de Sevilla la corrida de Miura, en jornada matinal, y la de Pablo Romero, en vespertina. Que venga otro y lo iguale, como reveló ser su intención el propio maestro. Quiso en el 85 matar cinco corridas en solitario de Miura: Valencia, Sevilla, Madrid, Pamplona y Bilbao. Casi nada. Habló de Roca Rey, a quien conoció cuando solo tenía el peruano poco más de diez años. Toda la vida a su lado. Tanto que admitió aterrorizarle la idea de que Roca se enfrentara a esas mismas ganaderías.

Continuó la tertulia, Tomás Campuzano, cuya unión en los carteles levantó pasiones en otros tiempos. Los hermanos Campuzano. Torero bregado en los combates más duros: Miura, Victorino, Murteira, Pablo Romero, Ana Romero y un largo etcétera. Admitió haberse retirado con la espina de haber podido a dos Miura, en Pamplona y en Béziers. Digo yo que con más de cuarenta corridas matadas de este hierro sevillano, solo dos no son tan tantos. Se reconoció torero de firme puño en la suerte suprema, aunque de espada poco afilada cuando más necesario es; especialmente, en Madrid y Sevilla. Torero del norte de España, aunque incluso en la zona más meridional del sur. Querido en Pamplona y también en Manizales. Luce orgulloso de haber toreado y haberse mirado de tú a tú con las figuras de cada momento. Admite la menor emoción de la tauromaquia actual. Toro bravo y enclasado el actual, aunque con menor dosis de casta. Falta intensidad y, por ende, emoción.  Al poco de retirarse, y tras abrir un restaurante, se sintió incómodo, vacío. Añoraba, muy pocos meses después, el olor a toro. Por ello, inducido por el gran Paco Dorado, regresó a las andadas -dígase en el mejor sentido de la expresión-. Desde entonces, acompaña a novilleros en sus comicios, augura buenas condiciones de “El Chorlo”, a quien deben viajarle más las espadas. Y, si no fuera bastante esta labor, también es veedor de toros. ¿Qué más se puede desear?

Y cerró la terna otro que siempre torea con la espada de matar como nuestro anterior protagonista, Juan Mora. Difícil me resulta calificar la conversación con tan genial extremeño. Sencillamente fue genial, única. No será la vez que más se haya hablado de toros. Pero sí la que recordaremos quizá más especialmente. Enseñanzas de la vida, pues “a esta vida solo se viene a aprender y a amar”. Dicho esto por quien reconoció haber sabido poco en una época pasada, y “paradójicamente, hoy me llaman maestro”. Mora descubrió junto a su mujer la importancia de la lectura, desde entonces, lector empedernido, buscando los saberes que en los libros duermen. Torero que habla como torea porque busca siempre las palabras indicadas, pues “todo depende de las palabras; de las que se dicen y de las que se callan”. ¿No es genial?

Simplemente deseo a nuestros seguidores que disfrutaran tanto de la charla como hice yo. Y vuelvo a citarme con todos ellos, esta noche del jueves 26 a las 21:30. En el mismo sitio. En la jornada de hoy, nos acompañaran el futuro del campo bravo: Santi Domecq (hijo), de Santiago Domecq; Daniel Aragón, de Flor de Jara; Antonio Boyano, de Hermanos Boyano de Paz; Guillermo López, Herederos del Conde de la Corte; y Francisco Javier Blázquez, de Caña Hermosa.

Por Francisco Díaz