Llegue hoy especialmente contento a la plaza de toros de la Calle Xativa, me había levantado exultante esta mañana, lleno de energía para ser lunes, tal vez sea porque estamos en feria y cada día hay corrida. Hoy no era un día de mucho jaleo por los aledaños de la plaza de toros,  incluso parecía un lunes normal. Apenas conté a ojo cerca de 1000 personas, no creo que hubieran muchas más, tal vez me he pasado incluso. Toda esa energía que tenía hoy la iba a dedicar en fijarme en cada detalle de la lidia, para ver cómo está el futuro de la fiesta, de que pasta están hechos los chavales que algún día llegaran al escalafón superior.

Pues bien, me he cansado tanto que volveré a casa dejándome llevar con la inercia del viento. Que fatiga por dios, ver pasar el novillete tantas veces sin decir nada, por mucho que me empeñaba no veía un rayo de luz, de esperanza. Todo se limitó en un quiero y no puedo. Larga se me hizo la tarde, casi 3 horas de novillada. Miraba a mi alrededor, uno con gintonic, el otro mirando el móvil, el otro fumando un cigarro, el otro leyendo el programa, el otro “abriendo la boca” en el más amplio sentido de la palabra. Se me hizo más larga la tarde que a un ciclista la etapa mas dura del tour de Francia.

Los novillos no acompañaron y los novilleros les falta más plaza, los de Guadajira fueron noblotes a más no poder,  sin bravura, sin clase, y sin emoción. Un detalle que me impacto es la prontitud con que la banda se arrancaba a entonar pasodobles, tal vez van a comisión, salvo el ultimo novillo en todos sonaron los acordes.

No soy de los de hacer leña del árbol caído, pero Juan Cervera no ha tenido su tarde. Tal vez no tiene el ritmo adecuado, o tal vez le peso estar en su tierra, sea cual fuera la circunstancia no tuvo su día, digamos que fue por el viento en el primero o pongamos paños calientes y que la condición de los cornúpetas no fue la propicia  para el toreo, pero realmente no creo que fuera por eso que no levanto la tarde. Tampoco estuvo acertado poniendo orden en la lidia, y de la espada mejor no hablamos, si le tuviera que poner nota sería un necesita mejorar urgentemente si quiere ser torero, porque a los 27 años o mejoras a pasos agigantados o se te pasa el arroz.

Angel Tellez llegaba con un cartel de súper novillero, lo cual intento demostrar en sus dos novilletes pero no somos todos tan ilusos para no ver tus artimañas. Ningún favor se le hace a este novillero diciéndole que torea bien, porque al final se lo cree y ya no cambia. Es un puro imitador de las figuras, un chaval que bebe los vientos con esta tauromaquia 2.0 que unos cuantos se han sacado de la manga “perfilero” y fuera de cacho en prácticamente toda la faena,  se cruzó dos veces y por compromiso, toreando con el pico, cogiendo la muleta por el cáncamo, pierna retrasada, haciendo la noria al pobre novillo, mientras cuatro paisanos de turno tocaban las palmas al son de la música. Tiene una asignatura para septiembre que es la espada, que mal entro a matar. Esta temporada le veremos con todo lo que sea Domecq, total toma la alternativa dentro de nada. Vuelta al ruedo y Oreja.

Francisco de Manuel demostró algo más que sus compañeros, tuvo una chispa de personalidad que calo hondo en su tercero, y que lo intento con codicia en el que cerraba plaza, ante un novillo parado. Transmitía con su estilo, tiro de colocación, con las puntas de las zapatillas mirando hacia las puntas de los pitones, intentando darle el pecho en cada muletazo, cuidando mucho su colocación, se cruzaba a pitón contrario cuando se quedaba fuera del lance, saco naturales con mucho sabor, creo que este joven novillero es el que ha tenido más verdad de todos. Le falto rubricar con la espada lo que cuajo con la muleta en su tercer novillo, sino se hubiera ganado las dos orejas. Lástima que la espada sea su asignatura pendiente porque al final es la que da los triunfos.

Mención especial a los picadores de turnos que no dieron ni una en todo la tarde, y deja ver la decadencia de una de las suertes más bonitas de la tauromaquia. En ningún momento se le tiro la vara en la yema, casi todos fueron traseros, en la paletilla, tendidos… y un sinfín de cosas que desluce y mucho cualquier tarde de toros.

A estos los ponía a todos para septiembre.

 

Por Raul Muñoz