Todas las corridas de toros pueden identificarlas como a los empresarios les parezca, puesto que están en su derecho para ello pero, amigos, que la corrida del próximo sábado en Madrid se le siga llamando la Corrida de la Beneficencia, me parece un escarnio hacia el toreo, una falta de respeto de los toreros ante los aficionados y, por encima de todo una farsa total si de caridad hablamos. Son muchas las veces que me he puesto de forma frontal contra este disparate que no lo entiende ni Dios.
Dicho festejo, como quiera que no tiene nada relacionad con la caridad que antaño se practicaba, se le podría llamar Corrida de los Triunfadores de San Isidro y, nadie pondría la menor objeción, todo lo contrario de lo que ahora sucede en que, dicho festejo, rociado de una prosopopeya estúpida, logran que el aficionado entre al trapo como lo hace un burro de Juan Pedro en los pueblos. Estamos, pues, ante una farsa sin precedentes la que llevo muchos años criticando pero que, para mi desdicha, no me secunda nadie aunque todo el mundo sepa que llevo razón.
A dicha parodia invitan hasta el Rey de España que, el pobre no tiene más remedio que acudir que, según se dice, hasta lo hace gustoso porque no desprecia el espectáculo como tal, algo que ya supone mucha ganancia. Eso sí, los toreros actuantes, siguiendo el protocolo le brindan sus primeros toros con alocuciones muy estrictas y pobres. “Vapor usted y por España” La intención es buena por parte de los diestros, pero nada que ver con dicho festejo cuando acudía el Generalísimo de España, Francisco Franco, al que los toreros le mostraban el orgullo de ser españoles, caso de Raúl Aranda, entre otros, en que en el año 1972 le brindó un toro y le dijo: “Excelencia, tengo el honor de brindarle la muerte de este toro como le brindaría mi vida por España si fuera preciso” Igualito que ahora, ¿verdad?
Desde hace muchísimos años, este festejo absurdo se celebra para beneficio de los actuantes y la empresa, pero todos callan porque el significado de la definición de la corrida viste mucho de cara a la galería, incluso, como digo, para Su Majestad El Rey que acude sin pudor alguno.
No recuerdo qué torero fue el último en actuar “gratis et amore” para remediar las penas de los más necesitados, puede que el último fuera Paco Camino en aquella tarde memorable de los siete toros que lidió y se consagró para siempre en Las Ventas. Claro que, si actuaciones gratuitas hablamos, el que se llevó la palma y nadie le ha igualado no fue otro que don Antonio Bienvenida, un grandísimo torero, el único a la lo largo de la historia que los aficionados le entregaron el apelativo de don…Antonio Bienvenida, no podía ser otro. Igual, este hombre, si viviera en la actualidad igual se moría de pena al ver cómo y de qué manera ha evolucionado el toreo, hasta llegar a la farsa más absoluta al respecto de este festejo, otrora grandioso y mal oliente en la actualidad.
Al margen de todas las connotaciones expuestas, en esta ocasión, para celebrar tan “magna” corrida la empresa ha puesto en el cartel a los que han sido los triunfadores de San Isidro, es cierto pero, que se monte con tres toros de Juan Pedro y otros tres de Daniel Ruíz eso nos hace sospechar que, de los tres actuantes, alguno quieren quitárselo de en medio y, todas las papeletas las tiene Fernando Adrián. Para organizar la llamada “Gran Corrida de la Beneficencia” se eligen tres ganaderías comerciales destinadas al fracaso. Por supuesto que, más o menos triunfos o fracasos, Emilio de Justo tiene la temporada hecha, como Sebastián Castella pero, el tercero en discordia, como no triunfe devuelve el triunfo de San Isidro y, lo que es peor, le apean de todos los carteles que, en definitiva es lo que pretenden. Como digo, los toreros actuantes se llevan la beneficencia porque el festejo se monta para ellos. ¿Cabe dicha mayor para toreros y empresas? Y, como digo, la gente, creyéndose la patraña con la que bautizan a dicho festejo.
PD: De cualquier manera, una vez celebrada la corrida aludida preguntaremos en todas las instituciones de caridad de Madrid para ver quién recibido lo beneficios.