Era uno de los carteles estelares de la feria en la que, como sabemos, se premiaba a Fernando Adrián que, el muchacho, a priori, seguro que pensaba tocar el cielo con las manos dentro del ruedo de Madrid, por algo llegaba a confirmar su alternativa tantísimos años después de aquel humilde doctorado. Todo era grandioso para el chico, los toros, la plaza, el ambiente, el lleno total, el calor sofocante. incluso se lidiaban toros de una de las mejores ganaderías de España, Victoriano del Río. ¿Podía pedir más el confirmante? Por nada del mundo. Pero, como en los toros ocurren muchos caprichos y algunas malas intenciones, para Fernando Adrián todo le salió al revés, es decir, por fas o por nefas, se buscó la ruina de por vida.

Su primer enemigo tenía cierta nobleza a la que Adrián no supo entender del todo. Lo intentó con un afán desmesurado pero, nada pudo ser. En su segundo, más de lo mismo pero, para mayor desdicha, con un toro de menos opciones. Imagino el disgusto del chico y me pongo a llorar al verme en su piel. ¿Dejó algo por hacer Fernando Adrián? Seguro que no. Pero una cosa son las intenciones y otra la durísima realidad que azota a tantísimos toreros. Bien podría consolarse pensando en David de Miranda que, hace unos años le cortó las dos orejas a uno de Juan Pedro en Madrid en plena feria y, nadie se acuerda de él.

Digo que Victoriano del Rio ha querido arropar a Juan Pedro porque ha traído a Madrid una corrida estúpida, indecente, sin alma, sin trasmisión y, repito, para que señorito andaluz no le caigan todas las críticas, el ganadero de Madrid le ha secundado por completo. Vaya infamia de toros que solo tenían fachada. Pensar que toros de esta ganadería han encumbrado a muchos toreros es algo que, de no haberlo visto, jamás lo creeríamos pero, en el día de hoy, el fracaso ha sido rotundo.

No ha sido la tarde de Manzanares que, con dichos toros se ha perdido en el mar de la vulgaridad que, para mayor desdicha ha tenido que pelear con el molesto Eolo que jodía más de lo deseado. Ha estado voluntarioso y vulgar. Otra vez será, hermano.

Roca Rey ha estado tesonero en su primero al que ha molido a derechazos sin sentido alguno. Labor deslavazada donde las hubiere porque, si  a Roca Rey los toros no le permiten hacer lo que sabe, ponerse cerca, estrujarlos con la muleta y matarlos de grandes estocadas, fuera de dicho contexto, es un torero que aburre hasta Dios. En el último de la tarde que parecía que nos salvaría del naufragio, la gente estaba con él. El animalito no tenia mala condición y embestía con nobleza, sin la menor trasmisión, pero con mucha nobleza, la que ha exprimido Roca Rey como un volcán en erupción. Por supuesto que mañana nadie se acordará de lo que ha hecho este chico que, insisto, si de valor hablamos, lo tiene a montones; la técnica la lleva aprendida y saber conectar con las gentes, especialmente como en el día de hoy en que el glamur sobresalía por encima de los auténticos aficionados. Ha matado mal, pero la gente estaba loca por pedirle la oreja que, de haberse concedido no hubiera tenido ningún valor. Eso sí, nos gustará más o menos, pero habrá que reconocerle que a su manera quiere marcar una época. Es más, para colmo, tiene lo que llamamos la suerte del campeón porque, el único toro que ha embestido con esa nobleza con la que un torero puede sentirse a gusto, ha sido el último de la tarde que, en manos de Roca Rey, tras lo poco que habíamos visto y con todo el glamur de la plaza a su favor. todo has brotado en su honor, desde su disposición hasta la conexión con los graderíos.

No pasa nada. Manzanares y Roca Rey seguirán toreando en todas las ferias de España, Francia y América, especialmente como sucediera hace pocas fechas en Valladolid, lidiando becerrotes sin alma, pero con la suficiente bobaliconería para que los actuantes estén a gusto. Ser figura es algo grandioso. Aunque todo lo hagas mal, siempre hay ineptos que te aplauden. La tragedia, como antes decía, se la buscó Fernando Adrián al que, con toda seguridad, su fracaso por Madrid se lo echarán por cara cada vez que pida un nuevo contrato. Pero así es la vida que, como en todos los ámbitos de la misma, está pensada para los triunfadores. A las pruebas me remito.

Como aficionado, respecto a Victoriano del Rio lo que ha lidiado hoy en Madrid, me cuesta mucho comprender que todo haya sido producto de la casualidad. Lo digo porque al ganadero de San Agustín de Guadalix, en el peor de los casos siempre le salen dos o tres toros de altísima nota para gloria de los toreros. ¿Tendría hoy acaso, instrucciones para traer esa bueyada para que no hubiera triunfo y nos quitábamos de en medio de un plumazo a Fernando Adrián? Todo son sospechas y no tenemos prueba alguna pero, lo sucedido nos da por barruntar lo peor. Y ya se sabe, como dice el dicho piensa mal y acertarás.