- «No me esperaba la repercusión que ha tenido sin ser televisadas y estoy muy sorprendido y agradecido.»
Dicen que hay tardes que te reconcilian con la tauromaquia, y el pasado domingo lo demostró Sergio Serrano, que hizo reconciliarse a toda la afición madrileña, y un hito todavía más difícil, poner a todo el mundo de acuerdo. En estas últimas temporadas de desafíos ganaderos en Madrid, el aficionado y la tauromaquia han descubierto toreros como Octavio Chacón, Cristian Escribano y este año a Sergio Serrano. Dura ha sido la carrera del Albaceteño, pero recto ha sido su camino sin perder la fe, la ilusión y aprovechar para madurar, crear un poso que no todos los toreros son capaces de encontrarlos, sumados a una actitud encomiable, de torero de verdad, de los de antes.
Una carrera con triunfos, pero sin méritos, en las que las dudas ha surgido pero se han tapado con afición. Una afición que nunca le ha hecho dudar de su capacidad lidiadora, de su torería, de sus ganas y coraje. En estos años le ha servido mucho tentar en la ganadería de Alicia Chico, mientras otros ganaderos le cerraban la puerta, esta pedazo de ganadera le acogió en su casa, para brindarle la posibilidad de seguir creciendo como torero con sus exigentes vacas Santa Coloma. Tanto la ganadera Alicia Chico, como el mayoral Tomás González apostaron por Sergio Serrano desde que le conocieron, por algo será.
Madrid y el siete le regalaron su admiración y buena parte de su devoción al torero de Albacete, por una cosa simple la pureza, honradez y ganas, un sentimiento que unido a su mentalidad hicieron del desafío ganadero una gran tarde de toros “Mi mentalidad es seguir creciendo, seguir mejorando, evidentemente se ha visto una ínfima parte de mí, todavía me queda mucho que pulir, al final tienes que torear para seguir creciendo. El banquillo me ha hecho aguantar, psicológicamente crecer, pero ahora necesito seguir toreando y tener esa continuidad para crecer como torero”.
Si la vida de torero fuera fácil, muchos seguiríamos ese camino, pero bien es cierto que el sufrimiento que cargan muchos toreros en su espalda esperando una llamada que no llega, y no desfallecer en la espera, es algo meritorio y digno de elogio ante tan desmedida afición y amor a una profesión “A veces tienes ganas de tirar la toalla, y hubo un momento clave que dije, si no pasa nada me voy para mi casa, fue la feria que corte dos orejas a un toro de Cuadri en Azpeitia, me volvió a entrar la ilusión”, cabe destacar que después de cortar dos orejas en una feria tan prestigiosa como Azpeitia ninguna de las principales plazas toristas francesas hayan contado con este torero, me parece sorprende que el país galo, que siempre se enorgullece de descubrir toreros capaces de jugársela con cualquier encaste no hayan dado todavía una oportunidad a Sergio Serrano, tal vez la próxima temporada sea el momento.
Sería una brisa de agua fresca en esta tauromaquia tan repetitiva que toreros nuevos, con ganas, con ambición, con ese toque de pureza, verdad y honestidad, empezaran a contar para los empresarios, porque la ilusión se crea con caras nuevas “No tengo ni idea de lo que me puede deparar la próxima temporada, pero tengo mucha ilusión y espero que sea algo más bonito, ahora ya me han vuelto a situar en el mapa y ha saltado un nombre nuevo”.
Siempre me producen especial admiración esos toreros modestos, humildes, que se juegan la vida de verdad, sin trampa ni cartón, enfrentando los toros que muchos compañeros no quieren, pero que él sueña con tenerlos, porque entre sueños y metas, le da igual lo que salga por chiqueros, porque un torero lo es con cualquier encaste, y él dignifica el chispeando con su sentimiento de alegría. Una palabra bonita, la alegría, que un torero cono Sergio la siente cada vez que luce con honor el traje que tanto le costó ganarse y por el que daría la vida. Que se lo enfunda con una especial ilusión sabiendo lo que va a salir por chiqueros, pero a “él” le da igual, le juró pleitesía al toro en su momento y tiene un compromiso desmedido por la fiesta “Lo digo siempre si no fuera por este tipo de encastes los toreros en mi situación lo tendríamos mucho más difícil, no hay que tenerle más miedo por ser minoritario, al final es un toro igual que te puede dar un gran triunfo, mucha gente me dice “suerte ojala te embista” yo digo, ojala me entienda con el toro, porque al final te embista o no te embista, si tú no estás dispuesto, puede hacer más daño. Estoy infinitamente agradecido al encaste minoritario porque gracias a ellos, me he podido vestir de torero 1 o 2 veces al año, y eso muy bonito para todos los que amamos esta profesión”
Llego como el tapado de Madrid, y ha salido como el triunfador absoluto del ciclo de desafíos ganaderos, conquistando al espectador, al aficionado, y a los profesionales. Un nombre propio saco en limpio en este mes de septiembre, y no es otro que el de Sergio Serrano, un torero que todavía tenemos que descubrir en toda su dimensión, porque por desgracia solo hemos podido ver la punta del iceberg, pero que si la suerte la acompañan, y los aficionados hacen justicia la próxima temporada podremos disfrutar en varias tardes, y por supuesto en San Isidro. Porque hay que premiar la verdad cuando va unida de sacrificio, amor, respeto, y honestidad a una profesión que todavía no le ha devuelto ni un cuarto de lo que este torero le ha dado en sentimientos.
Lágrimas, sudor y mucho esfuerzo –Literalmente le ha costado llegar hasta aquí, pero Madrid ha descubierto este torero para el mundo, y de Madrid al Cielo. Porque se merece tocar las estrellas al salir por la puerta grande de alguna plaza importante.
Por Juanje Herrero