La interesantisima corrida de Miura lidiada esta tarde en Sevilla he tenido mucha bravura en los caballos y, a su vez, ha adolecido de fuerzas, un mal endémico en la camada brava de España de lo que no escapan ni los Miura. Menos mal que, un bravo toro, el cuarto, ha caído en las manos de Manolo Escribano que ha estado magistral.

Ha quedado el festejo por la baja de El Fandi con un mano a mano entre Ferrera y Escribano. Es cierto que, El Fandi no pintaba nada y mucho menos Ferrera. Nos hemos alegrado porque Escribano ha matado tres toros y de forma estoica hemos soportado a Ferrera que, mérito si lo tenemos.. Lo explico. Ferrera no ha tenido grandes opciones en su lote eso es muy cierto pero, para su desdicha, quería hacerles a los Miura las monadas habituales que suele hacer como ha sucedido días pasados en México en que ha matado varios novillotes y disfrutado con su circo. Insisto que, no le ha salido un toro de bandera pero él tampoco ha estado a la altura de las circunstancias, mucho paso atrás para salvaguardar el pellejo y, su segundo de forma concreta que la ofrecido doce arrancadas que el diestro ha desaprovechado. Tres silencios sepulcrales han dicho todo de su labor. Lo mejor de este diestro cansino y aburrido no ha sido otra cosa que llevar en su cuadrilla a Joao Ferreira, el gran banderillero lusitano que ha enardecido a la plaza hispalense con dos pares de auténtica antología.

Por el contrario, hemos gozado con el diestro más digno del escalafón que, para colmo, es un gran torero que, además de parecerlo lo demuestra en cada instante de su vida. En su primer enemigo tras un bello tercio de banderillas no ha tenido otra opción que jugarse la vida, algo que siempre lo damos por sentado pero que, en ocasiones, como la de hoy, es una gran verdad. Pero ha salido el cuarto, su segundo, un ejemplar admirable con el que Escribano se ha jugado la vida recibiéndole a porta gayola y, una vez pasado ese trago, le ha dado cinco verónicas de escándalo. Otro tercio de banderillas con un par por los adentros en el que ha tenido que saltar Escribano al callejón, pero se había jugado su cuerpo porque ha faltado un milímetro para que toro le ensartara junto a la barrera.- El toro tenía humillación, razón por la que ha salvado el honor de la ganadería mientras que, Escribano, hecho un tío de verdad, ha sacado derechazos y naturales, todo a partes iguales, de una belleza inusitada. No existe nada más bello en el mundo que un torero ponga su vida a merced del toro porque, eso mismo es lo que cala y lo que llega a los tendidos. Faena de una importancia sublime en la que, una vez más, Escribano ha demostrado que es el amo en este tipo de festejos; si el otro día bordó el toreo con un Victorino, en esta ocasión, con un toro incluso mucho más complejo que aquel, el diestro de Gerena ha brillado a gran altura. Un Miura siempre es un Miura, aunque salga noble como el citado. La pena, y tanto como lo ha lamentado el diestro, es que la estocada cayera un pelín baja porque tenia las dos orejas con mucha fuerza en su bolsillo, el presidente ha concedido una  que para mi creo que es justo pero, el público ha pedido con ardor la segunda. Sin duda que era de dos orejas, pero con un clamor inusitado.

En su tercero, recibido a la puerta de toriles como el anterior, le ha enjaretado cinco verónicas que ha puesto el público en pie. El toro parecía pero no era. Tenia falta de fuerzas, de embestida noblota pero, es carencia física de la hablo ha impedido que la faena tomara vuelo, no por el diestro que ha estado sensacional acorde al animal que tenía enfrente. Una estocada ha acabado con el animal mientras que Escribano se llevaba una gran ovación y la admiración total de Sevilla porque, en dos tardes de las llamadas duras, llevarse tres orejas no es ninguna broma y, como digo, han podido ser cuatro. Otra gran feria la de este diestro que, como ya dije, hace dos días, como premio, Simón Casas lo ha dejado en la puta calle si de Madrid hablamos.