• Sin ideas, igual que yo a la hora de escribir una crónica han estado los toreros toda la tarde. La apatía ha brillado en el tenido y los ruedos, igual que los toros han brillado por su ausencia, y la ganadería Castellana ha quedado retratada.

Llegan los carteles sin “figuras” a la maestranza y se vacían los tendidos. Triste ver que en una feria tan importante como la sevillana no hayan aficionados suficientes para llenar 12mil localidades. En el fondo no les culpo viendo el desarrollo que ha tenido la corrida. Tirando de memoria quien no se acuerda de esos bravos toros de el Pilar, que sorprendieron a muchos en la temporada 2014. Ahora mismo no llegan a la sombra de los de hace 7 temporadas, y es que el bache que lleva atravesando la ganadería charra se ha hecho más evidente estas últimas temporadas.

Los toros han estado bien presentado, un toro muy del gusto de la afición sevillana. El fondo de tan bonito animal no ha estado a la altura de lo que se espera de una ganadería brava. Justito de fuerzas, siempre han ido contra corriente en una corrida que la sosería se ha instalado en el albero sevillano prácticamente en toda la tarde. Como nota positiva salió un toro que hizo cuarto, que tuvo mucho más que todo el lote en general. Un toro con más casta de bravura, que fue alegre en el caballo y que tuvo emoción en los envites de la muleta, donde repetía con movilidad pero con poca clase.

Los toros han desarrollado peligro en banderilla, donde han acortado el viaje y han esperado en exceso. En algunos toros se han pasado hasta 5 ocasiones para dejar los palitroques y se han vivido momentos de mucha tensión.

Poco, muy poco se pudo ver a Pepe Moral, que para mi gusto, este tipo de toro no le beneficia en ningún momento, – ni a él, ni a nadie-  el primero justito de fuerzas, necesitaba más que toreo… cuidados paliativos, hasta en 10 ocasiones perdió las manos durante su lidia. Con el toro más encastado, Pepe estuvo dubitativo, sin llegar a ver el toro en ningún momento, el torero no estuvo muy bien colocado durante la faena, dejó pasar un toro que tenía algo más que sus hermanos. Se limitó a ver pasar el toro por la muleta, pero jamás le bajo la mano de verdad. Mala tarde del torero sevillano que fue silenciado en sus dos faenas.

Álvaro Lorenzo se llevó el mejor lote de lejos. Tampoco fue para irse a celebrar, pero por la media salió algo más beneficiado. En el primero, estuvo descolocado, y al hilo de pitón en prácticamente todas las series, tirando de tauromaquia 2.0 fue haciendo faena a un toro noble, que venía templado de serie. Algo más se espera de un muchacho que hace un año nos prometía más pureza que la que está demostrando en sus últimas citas. Pincho y dejo una estocada caída. Una vuelta al ruedo. En su segundo fue más o menos lo mismo pero sin ningún tipo de transmisión al tendido. Una faena en la que fue sacando algún muletazo interesante con otros fuera de cacho y muy punteado. Estocada trasera. Ovación. Cabe destacar un detalle, y es la mala gestión de Álvaro Lorenzo  a cuerpo limpio, donde fue incapaz de eludir a sus dos enemigos en momentos comprometidos, gracias a la intervención de los subalternos y la condición de los toros no lamentamos ninguna desgracia.

Ginés Marín pasó de puntillas por Sevilla. Tal vez fueron sus toros, o tal vez las ganas que le imprimió a sus faenas. Debería hablar claro y sincero con su cuadrilla, sobre todo con los picadores porque a veces es bochornoso picar tan sumamente mal a los astados, da igual donde caiga la vara, si es paletilla, trasera, en el morrillo, en fin, una triste puesta en escena que quitan valor e importancia a un tercio que si se hace bien es muy bonito. Con la muleta estuvo apático por la pobre condición de los astados. Poco se pudo ver de un chaval que hace 2 temporadas prometía regenerar la fiesta y que se ha ido diluyendo tarde tras tarde. No manejo bien los aceros y fue silenciado.

Por Oscar de la Puente