El novillero de Écija Ángel Jiménez, que tomaba la alternativa, fue el triunfador de la tarde en el cierre de la Feria de San Miguel. Jiménez cortó una oreja al sexto y pudo haber ampliado su triunfo en el primero de no fallar con la espada. Hizo lo más destacado en una tarde en la que el escaso juego de los toros impidió el lucimiento de Morante de la Puebla y El Juli.

Ficha: 

Se lidiaron toros de Daniel Ruiz, bien presentados y de escaso juego. Se dejaron más primero y sexto.

Morante de la Puebla, silencio y silencio.
El Juli, silencio y ovación.
Ángel Jiménez, que tomaba la alternativa, vuelta tras petición y aviso y oreja tras aviso.

El Juli fue atendido en la enfermería al finalizar la corrida de “herida inciso-contusa en región frontal derecha. Se procede a limpieza y sutura de la herida. Pronóstico leve”.

Comentario:

Ángel Jiménez recibió entonado con el capote al toro de la alternativa. Brindó a su padre y comenzó doblándose con buen estilo. En la primera serie dio un par de derechazos buenos y fue desarmado. En la segunda templó más y salvó el seco derrote que pegaba el toro, que empezó a aplomarse en la tercera tanda. Al final de la faena logró dos buenas series con la derecha, limpias y templadas, que llegaron mucho. Y lo mejor fue la última tanda al natural, toreando con desmayo, y los muletazos de cierre también con la mano izquierda. Mató de pinchazo y estocada y hubo petición de oreja. El palco no la atendió y Jiménez dio la vuelta al ruedo.

Ángel Jiménez se fue a portagayola en el sexto y después de la larga cambiada toreó con garra a la verónica, caldeando mucho el ambiente. Su entrega predispuso a la gente, que le jaleó después de dos series buenas con la derecha en el arranque de faena. La tercera también fue ligada y templada y cambió a la zurda, lado peor del toro. A partir de ahí la faena bajó de intensidad, solo recuperada en una última tanda con la derecha poniéndolo todo el torero. Mató de estocada de la que el toro tardó en caer. Hubo petición de oreja, que esta vez fue concedida.

Morante de la Puebla no pudo lucir con el capote en el segundo de la tarde, que salió manseando y sin fijeza. En el inicio de faena dejó muletazos con sabor y en la primera serie templó con gusto la embestida del de Daniel Ruiz. Al natural lo intentó, pero el toro se había agotado, por lo que dio la faena por concluida. No estuvo fino con los aceros.

En el cuarto salió el banderillero Carretero a pararlo y Morante no pudo dar ni un lance. El público protestó al toro porque no vio posibilidades de lucimiento, pero el presidente lo mantuvo al no estar el animal dañado. Morante salió con la espada de verdad y abrevió en la faena de muleta.

El Juli estuvo lidiador con el capote en su primero, cerrando con buena media. En la muleta el toro comenzó defendiéndose mucho por falta de fuerza, descomponiendo los intentos del madrileño. Fue un animal deslucido que no dio opción. Tuvo que desistir y entrar a matar, lográndolo al segundo intento.

El Juli levantó el tono de la tarde con el capote en el quinto. En la muleta se encontró con un toro que no se entregaba. Intentó construir la embestida primero con la derecha y después al natural, sin lograrlo ante un animal con genio que no paró de soltar la cara. Tanto es así que Julián tuvo que abreviar y entrar a matar, resultando volteado de forma aparatosa en el segundo intento. Por fortuna solo sufrió un corte en la frente.