Se llevó a efecto la tercera novillada de la temporada «Soñadores de Gloria» en la plaza de toros México con una mediocre entrada. Festejo con picadores y novillos de La Soledad que dejaron que desear y uno de Monte Caldera que sustituyó al que sustituyó al quinto que estaban lesionados, un toro visiblemente corrraleado
Manuel Gutiérrez llegó a la México carente de preparación y es que como hablábamos en el primer festejo, en nuestro país se dan muy pocas novilladas y hoy por hoy para poder torear en provincia debes de triunfar en México, algo bastante contradictorio en orden de logística, pero así es. Tuvo voluntad el chiquillo pero en eso quedó todo. Un par de volteretas por irse de hinojos y su primer novillo vivo a los corrales.
Con el segundo intentó lucir pero éste fue bastante soso y el torero que no tuvo la capacidad de poner esa chispa sobre la arena. Fue silenciada su labor.
Francisco Martínez tuvo una destacada labor en su primero. Un novillo que carecía de bravura sin embargo repetía con cierta calidad, lo que el novillero aprovechó a cada momento. Marcó una gran diferencia. Es aquí donde podemos resumir no el oficio sino la vocación de un chaval que está dispuesto a por todas con tal de conseguir un sitio en esta difícil carrera. Quitó por chiquilinas y tafalleras ligadas, para luego coger los palos y lucir atinadamente en el segundo tercio, mismo en el que el respetable ya comenzaba a frotarse las manos. Con la muleta hubo de acariciar prácticamente al de La Soledad. Insisto, un toro con ciertas condiciones pero que carecía de esa bravura a la que esta ganadería nos tenía acostumbrados, y al que el novillero se le impuso, sobándolo y estructurándole una faena que fue en crescendo, con un interesante matiz por el lado derecho y finos detalles por el otro lado. Variado al final de la faena y acertado con la espada recibió una merecidísima oreja con petición de la segunda y un controversial arrastre lento al novillo.
Con su segundo ordinario, un segundo reserva, poco pudo hacer. El novillo francamente se invalidó, al salir de la suerte de varas. El muchacho insistió con gran decoro aprovechando las medias embestidas y mostrando sus capacidades en el coso más grande del mundo. Lamentablemente erró con el acero para ser únicamente ovacionado.
José Sainz estuvo sobrado de voluntad en su primero, un toro que se quedó parado sin permitirle ir a más. Mostró detalles de mucha calidad en su que hacer mismos que le fueron ciertamente agradecidos. Tibias palmas en su retiro al burladero.
Su segundo que también mostró una excesiva debilidad después de haber saltado al callejón. El novillero posee una gran intuición y habiendo observado las condiciones del astado, hubo de irlo llevando con tersura, sacando agua cristalina de un pozo seco. Tuvo extraordinarios momentos por ambos lados y consintió al novillo con gracia. Fue delantera la estocada que le valió una oreja, oreja al mérito.
Trás el paseíllo se tributó un minuto de aplausos a la memoria del ganadero Cuco Peña y la fotógrafa Daniela Magdaleno.
Por Alexa Castillo
Fotografia La Mexico