Como dije alguna vez, la buena intención de los organizadores de estas parodias televisivas con la finalidad de ayudar a la fiesta de los toros, esa no se la quita nadie. Ahora bien, los resultados son muy diferentes a lo que estas personas pensaban. No solo de pan vive el hombre, es decir, con solo buenas intenciones no llegamos a ninguna parte y, en esta ocasión, la corrida de Montoro viene a demostrar lo que digo.

Los hermanos Lozano mandaron a Montoro cuatro animalitos que no tienen descripción; dos de ellos parecían novillitos a modo, vamos, de esos que se guardan en una urna; los otros dos estaban locos, uno parecía burriciego y el otro, loco por completo. Todo un esperpento en toda regla y, lo peor de la cuestión es que, tanto los Lozano como todos los ganaderos de España, lo único que les sobran son toros en las dehesas, razón más que evidente para poder elegir un poco más el trapío de los toros que, insisto, teniéndolos de sobra, nadie entiende como pudieron llevar a la ciudad cordobesas tales dispendios de toros.

Ayer, en Montoro, no se pudo decir aquello de que se puso el no hay billetes según el aforo permitido porque, apenas había cuatro gatos en los tendidos y, tenían razón los que se quedaron en casa porque dicho cartel, ¿a quién podía concitar el más mínimo interés?

Joaquín Galdós se las entendió con un primer animalito tan dócil como bobo en que, el peruano se hartó de dar pases, pero jamás toreó. Vamos, sin con ese animalito el chico no obtiene respuesta por parte de nadie, sinceramente, debe de replantearse su futuro porque, para mayor desdicha, Galdós toreó muy bien pero, ya vimos que una cosa es dar pases y la otra emocionar a los tendidos, cosa que el chaval no logró en ningún momento. En se segundo, con más apariencia de toro, daba la sensación de que estaba burriciego, quería huir a toda costa mientras que, Galdós no supo qué hacer.

Luis David Adame es otro muchacho que sabe el oficio, que lo domina en plenitud y que en México, posiblemente, pueda ser consentido por aquella afición pero en España dice poco y mucho menos en el festejo de ayer que, en su primero, suavecito como un guante, el manito instrumentó muchos pases con esa voluntad que el chico atesora pero, sus logros fueron nulos. En su segundo, un burro que se marchaba hacia ninguna parte que, además debe vueltas sobre si mismo como si fuera el burro en la noria sacando agua del pozo; un animal estúpido, digamos que loco por completo en el que, el chaval tesonero como pocos, quería sacar agua de un pozo que estaba seco.

Como dije, una parodia estrafalaria más de esta gira que, por sus connotaciones sigue siendo de la más absoluta destrucción porque si lo que pretendían era que la gente se aficionara a los toros, han conseguido todo lo contrario.

Pla Ventura