Una muy buena entrada en la plaza más grande del mundo en la que se anunciaba una novillada de “San Diego de los padres” que sustituyó a la anunciada en primer término de la ganadería de “Jaral de Peñas” y que por un pleito entre los novillos tuvo que ser cambiada.

El encierro no fue ni mucho menos lo que se esperaba. No hay mucho que destacar al respecto. Y eso por momentos molestó al público que estaba ávido de ver toros y lo reflejó en la taquilla.

Miguel Aguilar tuvo la tarde de ensueño y gloria que cualquier novillero busca. Salió a por todas, sin dudas y sin miramientos buscó el triunfo a toda costa. Mostrando el hambre de ser, el amor a su profesión y el dominio de sí mismo que ha llegado a poseer tuvo en sus manos los pinceles, las pinturas y los trazos perfectos.

Ha sembrado por años esa semilla que hoy empezó a dar sus primeros frutos.

Si bien es cierto que ya habíamos vislumbrado parte de la calidad del hidrocálido, en definitiva hoy rompió con cualquier duda que hubiese podido surgir en la mente de los presentes. Hoy Miguel se sublimó. Bordó los hilos uno a uno. Nos llenó de esa esperanza que tanto necesitábamos. De poder confiar en que la fiesta en México tiene un futuro veraz. Hace muchos años la Monumental no se emocionaba en una tarde de festejo menor de esta manera. Y ver lo que ocurrió con Miguel y sus alternantes, nos centra en este momento el de la resurrección de la tauromaquia en nuestro país.

Sendas estocadas le otorgaron una oreja en cada novillo lo que lo hizo salir en hombros con mucha fuerza.

Eduardo Neyra dejó un gran sabor de boca. Es un chico con elegancia y clase, pero sobretodo con decisión.

A veces la gente me tacha de amargada porque no comparto muchas de las opiniones que emite la gran mayoría. Y aunque pudiera parecer que estoy llevando la contraria, no lo es. Lo que busco con mi comentario es crear la conciencia del valor tan importante que tiene el toro por sobre todas las cosas y la actitud de los toreros. Pues ya sea con más o menos cualidades, con mayores capacidades artísticas o el valor mismo, sin actitud no hay manera de llegar a ningún sitio.

Y hoy es que reconozco por sobretodo el acto de decisión que tuvieron los tres.

Hay algunas carencias, ya que son noveles y sobretodo Neyra, quien no ha tenido la misma cantidad de oportunidades que sus compañeros de cartel. En su primero hubo una fuerte petición y en el segundo recibió un merecido apéndice.

Alejandro Adame, ya de entrada venía precedido de la fama de los hermanos, lo cual puede generar una gran presión, o ser de ayuda ya que lo ha tenido más fácil. Y no quiso quedarse atrás de lo que ya acontecía en la arena. Hubo mucha entrega. El primero, complicado lo hizo esmerar para robarle medios muletazos de valor y que evocan su oficio. El segundo tampoco se la pondría fácil y ahí estuvo. Al pie del cañón hasta encontrarse entre los pitones del astado que por poco no se la perdona. El público agradeció mucho el gesto de coraje al volver sin mirarse siquiera para completar su faena y matar efectivamente.

Hubo una confusión, cosa que en la plaza más importante de nuestro país no debería pasar jamás. El juez otorgó una oreja, misma que no le entregaron, así que dio la vuelta y hubo de dar una segunda cuando decidieron las autoridades entregarle el trofeo convirtiéndose un festejo tan serio e importante en una feria de pueblo.

No sé cuándo le daremos la importancia y el valor a las cosas.

Pero fue una tarde impresionante, el público salió feliz y eso, con todo y que también hay algunas cosas que mejorar, es lo más importante, ya que para que la fiesta florezca, debe haber presencia en los tendidos y hoy se materializó algo que hace décadas no veíamos.

Ojalá así sigan los festejos y no sean solo tres aspirantes a matadores de toros, sino muchos más.

Alexa Castillo

Foto de Juan Ángel Saínos